“De la
gran utopía pedagógica de la modernidad hacia una época de certezas totalizantes”
artículo de Valeria Salmain.
Valeria Salmain sostiene que la
postulación del fin de la gran utopía pedagógica de la Modernidad no conlleva
el fin de la institución escolar, sino el reposicionamiento de algunos
dispositivos que la conforman, para defender su posición hace un análisis
histórico, para terminar reflexionando sobre la situación actual de la escuela
en un escenario “desutopizado”. Su
análisis histórico comienza abordando a Comenius, un pedagogo del siglo XVI.
Salmain considera que la pedagogía de la Modernidad “construye
su discurso en términos utópicos y construye mismidad, buscando restituir la
esencia genérica del hombre”. Tiene un carácter fuertemente homogeneizante; y
que esta homogeneización pedagógica arrasa con las diferencias individuales.
Esta alianza escuela-familia es un
dispositivo fundante para la efectiva realización del ideal pansófico,
dispositivo que ya está esbozado en la “Didáctica Magna” (obra de Comenius),
concepto, que según el criterio de la autora, resulta esencial para la
universalización de la educación escolar.
El método
de enseñanza, para alcanzar el ideal pansófico, es la instrucción simultánea. Según
este método se concibe al grupo de alumnos como si fueran uno y a cada uno como
si fuera igual a todos. Nuevamente se hace evidente la homogeneización de la
actividad escolar. Hay una homogeneización de los contenidos de aprendizaje, un
curriculum unificado, un libro de texto también único. Asimismo, todos los contenidos
a transmitir deberían estar secuenciados para no contradecir el principio de la
gradualidad, dispositivo que permitiría estipular en qué orden serían transmitidos
los saberes y agruparía a los alumnos según la profundidad de los conocimientos
alcanzados.
De todas
maneras, la gran utopía sigue vigente a partir de la presencia del Estado quien
se posiciona como garante del ideal pansófico. El Estado financia y legitima entonces
la utopía pedagógica, y con ello los dispositivos que conforman la escuela
moderna. Va a legitimar la alianza escuela familia, que como se dijo
anteriormente permitirá la universalización de la educación, pero a diferencia
de Comenius, esta alianza no sólo se basará en una elección de los padres que
ceden su lugar a la escuela, sino que hay un Estado que
se impone a través de leyes de
obligatoriedad escolar.
La autora
sostiene que la promesa pansófica no se cumplió, no logró enseñar todo a todos,
la escuela no generó justicia e igualdad. El consenso en la Modernidad sobre la necesidad
de pedagogías homogeneizantes como la vía hacia la igualdad comenzó a resquebrajarse,
la pretensión igualadora también había dado las armas para excluir o derribar
todo aquello que sus parámetros ubicaban por fuera de la igualación y se hicieron
visible las marcas autoritarias de esta forma escolar (Narodowski, 1999).
Salmain considera que se derrumbó la
gran utopía pedagógica, y se impone hoy el ocaso de la escuela moderna,
homogeneizadora, donde existía un solo modelo posible y válido de ser humano;
hoy se habla de un escenario desutopizado en el sentido de incertezas totalizantes;
la autora considera que existe una
crisis de las utopías sociopolíticas de carácter totalizador, ya que no es
posible pensar en un único camino para todos y que eso sea garantía de igualdad
de oportunidades, de igualdad de acceso al conocimiento. Y tampoco se piensa a
la educación como un acto liberador que restituye la esencia perdida.
Para finalizar, en relación al lugar del
docente, como lugar del saber, que en la modernidad era un derecho adscripto a
su rol, Salmain considera que debe ser
revalidado continuamente en función de los logros que consigue. En relación
al método de enseñanza, la instrucción simultánea en la que uno es considerado
igual que todos y todos como si fueran uno, y donde todos hacen lo mismo al
mismo tiempo es cuestionado, ya que no es posible uniformizar los tiempos
escolares, paralelamente que reconocer la diferencia de
tiempos y de expectativas. Cada docente
elegirá entonces el método que más le conviene para la actividad educadora. Las
utopías didácticas serán ahora a la “carta”. (Narodowski, 1876).
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