5/11/14

Educación y Pedagogía

2.1. Defina qué se entiende por Educación. Luego expliquen por qué decimos que es una práctica social contextualizada, histórica y política (aquí deben tener en cuenta la noción de práctica primero- ver los textos de Degl Innocenti y Gvirtz).

De acuerdo al texto de Silvina Gvirtz, “la educación es el conjunto de fenómenos a través de los cuales una determinada sociedad produce y distribuye saberes, de los que se apropian sus miembros y que permite la producción y la producción de esa sociedad; en ese sentido, la educación consiste en una práctica social de reproducción de los estados culturales conseguidos por una sociedad en un momento determinado, y, a la vez, supone un proceso de producción e innovación cultural, tanto desde el plano individual, como desde el social; si educar supone potenciar el desarrollo de los hombres y de la cultura, entonces el proceso educativo debe ser pensado en su doble acepción productiva y reproductiva, aceptando que en el acto de reproducción, se sientan las bases de transformación y la innovación. Esa capacidad de provocar el advenimiento de nuevas realidades debe gobernar la práctica y reflexión en torno a la educación”.
Marta Degl Innocenti dice en su texto que “el proceso educativo se da en el marco de una cultura y de una sociedad, y supone la modificación de los actores involucrados, en este sentido pensamos la educación como una práctica social productora, reproductora y transformadora del sujeto social”, y luego afirma que “la educación es, desde una perspectiva de la cultura, un proceso de endoculturización, que supone la selección y transmisión de significantes, su asimilación en cada agente que se incorpora a ella y la incorpora y la creación de cultura (transformación); El proceso educativo trata de transformaciones no efímeras, con cierto grado de perdurabilidad que afectan al individuo y a la sociedad (…); por ello, toda definición de educación está atravesada por los fines a los cuales se encamina el accionar educativo y solo puede ser comprendida a partir de una lectura del contexto socio histórico en la cual se desarrolla. 
Gvirtz afirma que “La educación es un fenómeno necesario e inherente a toda sociedad humana, para la supervivencia de todo orden social; cuando las prácticas educativas tienden a conservar el orden social establecido –status quo-, estamos ante fenómenos educativos que favorecen la producción; cuando las prácticas educacionales tienden a transformar el orden establecido y a crear un nuevo orden, estamos ante prácticas docentes productivas”.
      
2.2. Explique qué es lo que diferencia a la práctica educativa de las otras prácticas sociales.

De acuerdo  al texto de Marta Degl Innocenti, “la educación como práctica social puede ser comprendida desde distintos niveles de análisis; al nivel de hecho, como proceso de la realidad que es anterior e independiente de su reflexión, al nivel del propósito, analizando los fines y las instituciones especializadas creadas para la formación de un determinado tipo de sujeto social y al nivel de la reflexión, como discurso pedagógico materializado en disciplinas como la Pedagogía, la Filosofía de la educación y la Epistemología de la educación, entre otras; tomamos al fenómeno educativo en tanto práctica, o sea como quehacer humano determinado en un contexto determinado y, como tal, lo analizaremos en su dimensión social, esto es, como práctica que se constituye en una situación histórica determinada sobre ciertas condiciones económico-sociales básicas; el análisis de la práctica educativa debe tener presente, en primera instancia, que, como toda práctica, es de raíz e índole social, o sea que es una determinación propia de una formación social específica; la práctica educativa no puede analizarse en abstracto, sino en tanto condicionada y condicionante en una formación social determinada, en cada época, presenta caracteres peculiares y cumple funciones específicas; los caracteres generales de la práctica educativa pueden establecerse sobre la base de una distinción analítica de tres niveles de la misma; a nivel de hecho, la práctica educativa  se da antes e independientemente de que se reflexione sobre ella –esta noción es importante para no asociar la práctica educativa como los escolar (exclusivamente)-; independientemente de lo que se proponga la institución escolar, en toda sociedad se da una práctica educativa de hecho que, por estar vinculada a las estructuras económicas (ejemplos: la familia y los medios).
 A nivel de propósito, la práctica educativa se constituye en tanto práctica deliberada que persigue ciertos fines más o menos explícitos, por medios de instituciones especializadas y se recorta sobre la práctica educativa de hecho; en su origen, la institución educativa es el intento de hacer eficaz, más económica, más organizada la educación dada como práctica efectiva (por otro lado, las prácticas institucionalizadas se entienden vinculándolas con las estructuras político ideológicas de la formación social; por éste motivo toda práctica educativa cumple siempre con una función política aunque no se lo proponga; el nivel de reflexión es el conjunto de las prácticas teóricas referidas a lo educativo, a nivel de hecho y de propósito y a otros reflexiones; en este nivel se encuentran la pedagogía, la filosofía y la epistemología de la educación; en la formación social, hay un conjunto de prácticas que cumplen una función determinante respecto a la demás: es la práctica económica, o sea, la que produce los medios materiales necesarios para la conservación y mejoramiento de la vida del grupo”.           

2.3. Justifique la siguiente afirmación: “La educación es una práctica social productora, reproductora y transformadora del sujeto social”. Para ello recuperen los aportes de Bambozzi, E., Degl Innocenti, M. (Texto “Educación, Escuela y Pedagogía), y Gvirtz, S.

De acuerdo al texto de Enrique Bambozzi, “la educación es una práctica social productora, reproductora y transformadora del orden social, por lo tanto de una concepción antropológica. Como todo proceso, se explica en su devenir, en su realización cambiante, dinámica; la educación es una práctica social que puede ser analizado como hecho –proceso anterior a la reflexión-; como propósito –fines e instituciones creadas a tal fin- y como reflexión –discurso pedagógico como pedagogía, filosofía de la educación y epistemología de la educación-; la educación, entendida como una práctica de transmisión y selección de bienes culturales es una práctica de transmisión crítica de la cultura; así, selección, transmisión y formación   se convierten en categorías de análisis claves en la configuración de un pensamiento pedagógico; la transmisión supone operaciones de pasaje de un lugar a otro –el docente le “pasa” bienes culturales al alumno-, la selección implica una intencionalidad –está emparentada con un espacio simbólico de derechos y saberes, de tradiciones y de historia-, la formación, concepto central en la noción de educación de éste autor. Bambozzi relaciona educación y formación y habla de una intencionalidad formativa (estado positivo), y ejemplifica con la etimología latina del termino educar (ex ducere o educare); como conclusión, dice que la educación es una práctica de filiación –la práctica que no se puede filiar no es educativa, en ese caso sería una práctica de dominación social-.
Silvina Gvirtz menciona tres tipos de reproducciones, las biológicas, las económicas y las sociales; la educación se encuentra dentro de las prácticas sociales; según ésta autora la enseñanza y el aprendizaje no son meramente reproductivos; a diferencia de lo que acontece con el aprendizaje instintivo de los animales porque no hay en los humanos una reproducción total o completa por distintos motivos, que pueden ser climáticos, geográficos, socio-ambientales e históricos; las personas se adaptan y actúan de distintas maneras; Gvirtz afirma que la comunicación social es en escencia inestable –tiene distorsión, que puede ser provocada voluntaria o involuntariamente-; “cuando las prácticas educativas tienden a transformar el orden educativo establecido y a crear un nuevo orden, estamos antes práctica educativas productivas”.
Según el texto de Marta Degi Innocenti “es en ese sentido que pensamos la educación como una práctica productora y transformadora del sujeto social; el hecho educativo propone la identificación con identidades sociales válidas y legítimas dentro de un orden social que está sedimentado en estructuras objetivas, es decir en sistemas y prácticas simbólicas como el lenguaje, instituciones, rituales, normas, etc.”  

2.4. Siguiendo lo planteado por Gvirtz, S. explique por qué educar implica una relación de poder.

Silvina Gvirtz plantea que “aunque muchas veces pase inadvertido, siempre que se habla de educación se habla de poder”; desde la concepción de la autora, que actualmente se desempeña como la directora del Programa Conectar Igualdad, el poder no solo pertenece a unos pocos y solo se ejerce desde altas esferas gubernamentales, sino que el poder “circula” en el día a día de las instituciones y que constituye una parte destacada de los hechos educativos. Gvirtz afirma que “Poder es la capacidad de inicidir en la conducta del otro para modelarla; desde esta perspectiva, la educación no solo se relaciona con el poder, sino que en muchos casos, ella es el poder, en la medida que incide y en muchos casos determina el hacer de otro alguien social e individual, Educar es incidir en los pensamientos y en las conductas, de distintos modos; es posible educar privilegiando la violencia  o en cambio haciendo prevalecer el consenso de modos más democráticos o, en cambio mediante formas más autoritarias”;  volviendo al texto titulado “La Educación Ayer, Hoy y Mañana”, Gvirtz dice que la palabra Poder tiene una connotación negativa  en ámbitos escolares, asociada históricamente a la capacidad de manipular a otro y de ejercer sobre este extorsiones o formas coercitivas –violentas-siempre asociadas a las fuerzas de seguridad y a la “malvada” clase política; antes los profesores no asumían el ejercicio del poder  en su práctica docente; las actuales perspectivas teóricas advierten que el poder se ejerce en el mundo cotidiano –en la vida diaria-. Silvina Gvirtz afirma “para construir una democracia, tanto en la sociedad general como en la institución escolar, es necesario considerar los problemas del poder; la democracia no se construye ocultando la realidad de los vínculos, sino poniendo en evidencia que las relaciones sociales son necesariamente relaciones de poder, en muchos casos conflictivas, que esto no implica algo malo, sino una cuestión con la que convivimos; y respecto de la cual, hay que hablar”. La autora habla de Reglamentos de Convivencia y de la representatividad estudiantil y docente en órganos de gobierno de instituciones educativas -. Para cerrar el apartado, Silvina Gvirtz dice: “La selección y distribución de algunos conocimientos determinan, en una sociedad, formas muy específicas del ejercicio del poder, la democracia es una de esas formas específicas, en las que el poder se ejerce y se construye diariamente; estas consideraciones son escenciales para formar lectores críticos y docentes que sepan que ciertas formas de ejercicio del poder son deseables”.  

2.7. ¿Qué se entiende por Pedagogía? Definan y expliquen cómo se ha configurado el campo pedagógico. Consideren los aportes de Gvirtz y Sosa Gazari.

Gvirtz inicia el apartado sobre Pedagogía y Ciencias de la Educación con una cita de Durkheim que dice que la pedagogía es una práctica teórica, relacionada con una cierta manera de considerar la educación, -la pedagogía no es más que la materia de la educación para el sociólogo francés-; la autora afirma que “la pedagogía es, a grandes rasgos, el campo del saber que se ocupa de los fenómenos educativos, es el paso de la reflexión al saber, su campo se conforma a partir de los diversos modos de entender la educación; de hecho, en cierta manera, las reflexiones sobre el fenómeno educativo ya son pedagógicas; para definirla con precisión: los estudios que versan sobre la producción, la distribución y la apropiación de los saberes son estudios pedagógicos”;  la diferencia entre pedagogía y ciencias de la educación es conceptual; el avance de las ciencias de la educación se relaciona con la voluntad de otorgar a la vieja pedagogía un status epistemológico análogo al de otras ciencias sociales; la mirada pedagógica de la vieja pedagogía era empírica, centrada en los ideales y utopías que marcaban los caminos a seguir -consideraba evidencias empíricas para tomar decisiones-; por el contrario, el campo disciplinar de las ciencias de la educación se fue construyendo con el objetivo de convertir el estudio de la educación en un estudio científico y no meramente normativo; la psicología y la sociología proveyeron instrumentos metodológicos y teóricos de sus propios archivos, como también la etnografía, la historia y las ciencias políticas hicieron aportes a la pedagogía. La autora considera que en el presente,  a la pedagogía se le reconoce una doble función, por un lado presenta evidencias sobre el funcionamiento de la educación, y por otro recupera la tarea normativa de la vieja pedagogía; estas consideraciones ubican en el eje del debate, la relación entre la teoría y la práctica y el lugar que ocupa el docente en esa relación; si la docencia es concebida como una profesión, el docente es un profesional que construye teoría a partir de los procesos de reflexión que realiza de su propia práctica –teoría y práctica no se oponen, sino que se constituyen juntas en torno a ella, de esta manera, la teoría, en lugar de decir cómo debe actuarse en la práctica, brinda herramientas que permiten cuestionarla-
Lucía Sosa Gazari ensaya una aproximación epistemológica a la pedagogía; termino de origen griego compuesto por los vocablos paides –niños- u agein –conducir-; “la paidagogía fue en Grecia la función del paidagogos; éste era quien conducía los niños a la escuela; la paidagogía se convierte, entonces, en el saber o arte de ponerlas en práctica”; hoy el saber pedagógico no se agota con esa definición; desde comienzo del siglo XX hasta nuestros días, la pedagogía como campo disciplinar es objeto de profundos debates acerca de su identidad, de la conformación de campo pedagógico y la estructura de la disciplina; para la autora,la razón por la que se han profundizado los debates sobre pedagogía y educación, a partir del siglo pasado, se relaciona con la creación de los sistemas educativos nacionales y/o la expansión de la escolaridad; el desarrollo de las ciencias en general y de las ciencias humanas y sociales en particular, con los consiguientes replanteos epistemológicos puesto que “a medida que la ciencia crece se reflexiona más sobre la ciencia misma; la denominación de la pedagogía como ciencia de la educación o ciencias de la educación; la diferencia en la denominación radica en que estos nombres responden a distintas tradiciones científicas y académicas – la escuela alemana sostiene la necesidad de una unidad disciplinaria –la pedagogía-, en cambio, la tradición académica francesa defiende la necesidad de sostener la multidisciplinareidad –o multireferencial-, respecto a la educación y prefiere la expresión “ciencias de la educación”.
Ambos  hechos (el desarrollo de las ciencias sociales y los desarrollos académicos europeos) han concurrido al crecimiento de los estudios sobre la educación; en su propia dinámica de crecimiento, la pedagogía ha ido generando ciertos sectores de conocimiento especializados; otra modalidad de relación científica se establece al extrapolar y aplicar datos de determinadas disciplinas, -biología, psicología, sociología, historia, economía, entre otras,- al análisis de los hechos educativos, a fin de satisfacer  las demandas explicativas y pragmáticas que se plantean en el sector educación y que requieren conocimientos previos y básicos muy diversos; todas las vinculaciones con otras ciencias y con la filosofía, la pedagogía ha incorporado conocimientos y métodos de distintos cuerpos de saber que la han configurado como un espacio no homogéneo.   

2.9. Teniendo en cuenta todo lo trabajado en este eje -considerando también los otros trabajos- y sus saberes acerca del hecho educativo, en este punto se apela a su creatividad:
Elija un nivel de concreción de la Práctica educativa (Ver diapositiva de clase), luego elaboren un breve texto en el que describan “la realidad educativa” acorde al nivel elegido teniendo en cuenta los tópicos presentados por los distintos autores más los conocimientos producto de su propia experiencia Por ejemplo si eligen el nivel más amplio de la práctica allí deberán remitir al contexto sociopolítico, a los discursos y sujetos en general, etc. Se advierte que el hecho de focalizar en un nivel de la realidad no quiere decir que éste no impacte sobre los otros, muy por el contrario, la interrelación de las distintas dimensiones posibilitan una mejor comprensión del objeto.
Una vez descripto el nivel de la realidad  elija un criterio de análisis y enuncie que aspectos tendrían en cuenta para realizar un análisis pedagógico de la situación presentada.

Voy a considerar el análisis de una situación educativa, a nivel de la Educación Superior (terciaria), en la ciudad de San Luis: la “toma” del IFDC por parte de un reducido grupo de alumnos y docentes, un hecho muy cercano a la cursada de nuestra materia, conocido por todos. El sábado que intenté ingresar y no me lo permitieron porque había una barricada frente al acceso, me hizo acordar a mi experiencia como alumno de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, entre 1976 y 1982, cuando la policía ocupaba los accesos, y en algunos casos no permitía el acceso a la facultad usando bancos y mesas como barricadas (considero que impedir el ingreso a un establecimiento educativo siempre es sinónimo de violencia política contra la democracia en la educación pública y contra todos los integrantes de la comunidad académica). Las consignas del grupo de activistas que impedía el accedo incluía, de acuerdo a unos carteles que se exhibían en el piquete,  exigía la reincorporación de dos profesores, mejoras en las condiciones edilicias y un gobierno autónomo de estudiantes y profesores.
Considero que la “toma” del edificio del IFDC, por parte de un grupo de estudiantes y docentes –hay quienes afirman que en ese episodio actuaron militantes ajenos a la mencionada Casa de Estudios-, ocurrido durante la última semana de Septiembre. Para analizar esta situación, voy a emplear los conceptos analíticos expuestos en el punto 2.4 de este TP (habla de las relaciones de poder en contextos educativos; la profesora Gvirtz toma conceptos desarrollados por Freire que están relacionados con la tendencia pedagógica crítica).
De acuerdo a lo que yo presencié el viernes pasado, cuando intenté ingresar para cursar la asignatura Pedagogía, y también a las crónicas periodísticas publicadas por “La Bulla” -un medio digital independiente o alternativo, que cubrió el conflicto, la medida de fuerza – la medida de fuerza fue tomada por un grupo pequeño de alumnos y docentes, en relación a la comunidad educativa que trabaja y estudia en el Instituto (aproximadamente 2000 personas) –a mí nadie me consultó ni me pidió mi opinión sobre las medidas de fuerza que ese grupo implementó-; considero que este tipo de prácticas se relacionan con formas autoritarias del ejercicio del poder  dentro del sistema educativo, más allá de las supuestas  injusticias laborales o problemas edilicios y de las “asambleas estudiantiles-docentes” que intentaron legitimar  la ocupación del edificio y los cortes de la Av Lafinur cada 20 minutos-; de acuerdo a la información que yo manejo, a esas asambleas concurrió menos del 5% de la comunidad educativa del Instituto-.
Entiendo que asistir a clase es un derecho constitucional que tengo yo y que tienen todos los alumnos que cursan el profesorado INET y todos los  profesorados que se dictan en el IFDC-; considero que la búsqueda del consenso es fundamental antes de llegar a medidas de acción directa, apuradas y decididas por pocos (que tienen intereses políticos sectoriales)– grupos que se auto-consideran, arbitrariamente,  representativos del conjunto por el “mandato” de asambleas en la que los participantes fueron mayoritariamente militantes de organizaciones políticas, organizaciones “liberales de izquierda” minoritarias, que no tienen representación legislativa provincial ni nacional-.
Considero que es necesario estimular la participación masiva de alumnos y dicentes en sus respectivos organismos de masas –centro de estudiantes y gremial y o mutual docente- para fortalecerlos, fomentando el debate de ideas y exigiendo información, fehacientemente documentada, de la situación administrativa de los docentes que supuestamente fueron cesanteados irregularmente, y también informes técnicos que detallen la situación edilicia; por último, no hay que perder de vista que estamos dentro de un establecimiento educativo; la “transmisión oral” de los motivos que supuestamente provocaron el conflicto se relacionan más con la metodología que emplean habitualmente medios como Radio Mitre y Cadena 3 que con la práctica teórica –letrada- que usan habitualmente alumnos formados en ciencias humanas y  los profesores y pedagogos que dictan clases en el Instituto.  
Con respecto al gobierno autónomo de las Casas de Altos Estudios –aun continúa vigente el modelo que aportó la Reforma Universitaria (Córdoba, 1918); en los Consejos Directivos de las facultades dependientes de  las  Universidades Nacionales hay más representantes de profesores que de alumnos y los trabajadores no-docentes no tienen representación, continuando con una la tradición académica liberal-. Este punto también se vuelve a relacionar con el conflicto político-pedagógico que ocurre en el IFDC: entre las reivindicaciones del grupo de estudiantes y docentes que provocó los incidentes anteriormente mencionados, había un punto, expresado en pancartas y carteles,  que exigía concursos docentes para cubrir cargos directivos del Instituto; en el caso que actualmente los cargos directivos no estén concursados (yo no tengo información referida a como fue la designación del actual Equipo Directivo), considero que el llamado a concursos de méritos para la provisión de esos cargos jerárquicos aportaría consenso y pluralidad a la comunidad educativa del IFDC.

3. Evalúe qué fortalezas y dificultades se le presentaron para el desarrollo del práctico.


Como fortalezas de la actividad desarrollada por la Cátedra, considero la lectura de los  textos de Silvina Gvirtz. Las dificultades que yo experimenté en el curso se relacionan con el uso de una “lista de correo” por parte de la Cátedra, recurso usado por la profesora titular para comunicarse con los alumnos y a la vez para enviar PDFs y las consignas de los Trabajos Prácticos. Hoy existen herramientas digitales más efectivas, prácticas  y funcionales que una lista de correo para desarrollar prácticas docentes en 2014 (organizan, clasifican, archivan y ordenan los materiales didácticos y la comunicación interna del curso, permitiendo prácticas colaborativas –colectivas- en tiempo real). Considero que el rechazo, por parte de la Cátedra, hacia las tecnologías de la información y la comunicación [TICs] que sugiere el Programa Conectar Igualdad, financiado por ANSES y dirigido por la profesora Silvina Gvirtz, habla de una práctica docente analógica, completamente  descontextualizada de la realidad educativa de 2014. También me llamó la atención que la profesora a cargo de la cátedra mencionara en clase al actual Senador Nacional Adolfo Rodríguez Saá peyorativamente como “tío Adolfo” (sospecho que lo hizo para expresar su disgusto con las ideas y la práctica política del legislador que representa a la Provincia de San Luis en el Congreso Nacional). Considero que no es un buen ejemplo descalificar a dirigentes políticos que fueron votados masivamente por miles de ciudadanos sin presentar previamente bibliografía o materiales didácticos, periodísticos o legislativos que permitan hacer un análisis del trabajo del líder político puntano que se desempeñó como Presidente de la Nación en 2001 (considero que si un alumno o descalifica a un docente en clase, sería considerado por las autoridades de cualquier Casa de Estudios una falta de respeto que definiría una situación educativa ofensiva y disruptiva). Yo creo que en este caso, estamos frente a un “doble standard” académico. Considero que las descalificaciones personales son completamente innecesarias dentro del aula.   

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