2.1. Defina qué se entiende por Educación.
Luego expliquen por qué decimos que es una práctica social contextualizada,
histórica y política (aquí deben tener en cuenta la noción de práctica primero-
ver los textos de Degl Innocenti y Gvirtz).
De acuerdo al
texto de Silvina Gvirtz, “la educación es el conjunto de fenómenos a través de
los cuales una determinada sociedad produce y distribuye saberes, de los que se
apropian sus miembros y que permite la producción y la producción de esa
sociedad; en ese sentido, la educación consiste en una práctica social de
reproducción de los estados culturales conseguidos por una sociedad en un
momento determinado, y, a la vez, supone un proceso de producción e innovación
cultural, tanto desde el plano individual, como desde el social; si educar
supone potenciar el desarrollo de los hombres y de la cultura, entonces el
proceso educativo debe ser pensado en su doble acepción productiva y
reproductiva, aceptando que en el acto de reproducción, se sientan las bases de
transformación y la innovación. Esa capacidad de provocar el advenimiento de
nuevas realidades debe gobernar la práctica y reflexión en torno a la educación”.
Marta Degl Innocenti
dice en su texto que “el proceso educativo se da en el marco de una cultura y
de una sociedad, y supone la modificación de los actores involucrados, en este
sentido pensamos la educación como una práctica social productora, reproductora
y transformadora del sujeto social”, y luego afirma que “la educación es, desde
una perspectiva de la cultura, un proceso de endoculturización, que supone la
selección y transmisión de significantes, su asimilación en cada agente que se
incorpora a ella y la incorpora y la creación de cultura (transformación); El
proceso educativo trata de transformaciones no efímeras, con cierto grado de
perdurabilidad que afectan al individuo y a la sociedad (…); por ello, toda
definición de educación está atravesada por los fines a los cuales se encamina
el accionar educativo y solo puede ser comprendida a partir de una lectura del
contexto socio histórico en la cual se desarrolla.
Gvirtz afirma que
“La educación es un fenómeno necesario e inherente a toda sociedad humana, para
la supervivencia de todo orden social; cuando las prácticas educativas tienden
a conservar el orden social establecido –status quo-, estamos ante fenómenos
educativos que favorecen la producción; cuando las prácticas educacionales
tienden a transformar el orden establecido y a crear un nuevo orden, estamos
ante prácticas docentes productivas”.
2.2. Explique qué es lo que diferencia a la práctica educativa de las
otras prácticas sociales.
De acuerdo al texto de Marta Degl Innocenti, “la
educación como práctica social puede ser comprendida desde distintos niveles de
análisis; al nivel de hecho, como proceso de la realidad que es anterior e
independiente de su reflexión, al nivel del propósito, analizando los fines y
las instituciones especializadas creadas para la formación de un determinado
tipo de sujeto social y al nivel de la reflexión, como discurso pedagógico
materializado en disciplinas como la Pedagogía, la Filosofía de la educación y
la Epistemología de la educación, entre otras; tomamos al fenómeno educativo en
tanto práctica, o sea como quehacer humano determinado en un contexto
determinado y, como tal, lo analizaremos en su dimensión social, esto es, como
práctica que se constituye en una situación histórica determinada sobre ciertas
condiciones económico-sociales básicas; el análisis de la práctica educativa
debe tener presente, en primera instancia, que, como toda práctica, es de raíz
e índole social, o sea que es una determinación propia de una formación social
específica; la práctica educativa no puede analizarse en abstracto, sino en
tanto condicionada y condicionante en una formación social determinada, en cada
época, presenta caracteres peculiares y cumple funciones específicas; los
caracteres generales de la práctica educativa pueden establecerse sobre la base
de una distinción analítica de tres niveles de la misma; a nivel de hecho, la
práctica educativa se da antes e
independientemente de que se reflexione sobre ella –esta noción es importante
para no asociar la práctica educativa como los escolar (exclusivamente)-;
independientemente de lo que se proponga la institución escolar, en toda sociedad
se da una práctica educativa de hecho que, por estar vinculada a las
estructuras económicas (ejemplos: la familia y los medios).
A nivel de propósito, la práctica educativa se
constituye en tanto práctica deliberada que persigue ciertos fines más o menos
explícitos, por medios de instituciones especializadas y se recorta sobre la
práctica educativa de hecho; en su origen, la institución educativa es el
intento de hacer eficaz, más económica, más organizada la educación dada como
práctica efectiva (por otro lado, las prácticas institucionalizadas se
entienden vinculándolas con las estructuras político ideológicas de la
formación social; por éste motivo toda práctica educativa cumple siempre con
una función política aunque no se lo proponga; el nivel de reflexión es el
conjunto de las prácticas teóricas referidas a lo educativo, a nivel de hecho y
de propósito y a otros reflexiones; en este nivel se encuentran la pedagogía,
la filosofía y la epistemología de la educación; en la formación social, hay un
conjunto de prácticas que cumplen una función determinante respecto a la demás:
es la práctica económica, o sea, la que produce los medios materiales
necesarios para la conservación y mejoramiento de la vida del grupo”.
2.3. Justifique la siguiente afirmación: “La educación es una práctica social
productora, reproductora y transformadora del sujeto social”. Para
ello recuperen los aportes de Bambozzi, E., Degl Innocenti, M. (Texto
“Educación, Escuela y Pedagogía), y Gvirtz, S.
De acuerdo al
texto de Enrique Bambozzi, “la educación es una práctica social productora,
reproductora y transformadora del orden social, por lo tanto de una concepción
antropológica. Como todo proceso, se explica en su devenir, en su realización
cambiante, dinámica; la educación es una práctica social que puede ser
analizado como hecho –proceso anterior a la reflexión-; como propósito –fines e
instituciones creadas a tal fin- y como reflexión –discurso pedagógico como
pedagogía, filosofía de la educación y epistemología de la educación-; la
educación, entendida como una práctica de transmisión y selección de bienes
culturales es una práctica de transmisión crítica de la cultura; así, selección, transmisión y formación se convierten en categorías de análisis
claves en la configuración de un pensamiento pedagógico; la transmisión supone
operaciones de pasaje de un lugar a otro –el docente le “pasa” bienes
culturales al alumno-, la selección implica una intencionalidad –está
emparentada con un espacio simbólico de derechos y saberes, de tradiciones y de
historia-, la formación, concepto central en la noción de educación de éste
autor. Bambozzi relaciona educación y formación y habla de una intencionalidad
formativa (estado positivo), y ejemplifica con la etimología latina del termino
educar (ex ducere o educare); como conclusión, dice que la
educación es una práctica de filiación –la práctica que no se puede filiar no
es educativa, en ese caso sería una práctica de dominación social-.
Silvina Gvirtz
menciona tres tipos de reproducciones, las biológicas, las económicas y las
sociales; la educación se encuentra dentro de las prácticas sociales; según
ésta autora la enseñanza y el aprendizaje no son meramente reproductivos; a
diferencia de lo que acontece con el aprendizaje instintivo de los animales
porque no hay en los humanos una reproducción total o completa por distintos
motivos, que pueden ser climáticos, geográficos, socio-ambientales e
históricos; las personas se adaptan y actúan de distintas maneras; Gvirtz
afirma que la comunicación social es en escencia inestable –tiene distorsión,
que puede ser provocada voluntaria o involuntariamente-; “cuando las prácticas
educativas tienden a transformar el orden educativo establecido y a crear un
nuevo orden, estamos antes práctica educativas productivas”.
Según el texto de
Marta Degi Innocenti “es en ese sentido que pensamos la educación como una
práctica productora y transformadora del sujeto social; el hecho educativo
propone la identificación con identidades sociales válidas y legítimas dentro
de un orden social que está sedimentado en estructuras objetivas, es decir en
sistemas y prácticas simbólicas como el lenguaje, instituciones, rituales,
normas, etc.”
2.4. Siguiendo lo planteado por Gvirtz, S.
explique por qué educar implica una relación de poder.
Silvina Gvirtz
plantea que “aunque muchas veces pase inadvertido, siempre que se habla de
educación se habla de poder”; desde la concepción de la autora, que actualmente
se desempeña como la directora del Programa Conectar Igualdad, el poder no solo
pertenece a unos pocos y solo se ejerce desde altas esferas gubernamentales,
sino que el poder “circula” en el día a día de las instituciones y que
constituye una parte destacada de los hechos educativos. Gvirtz afirma que “Poder es la capacidad de inicidir en la
conducta del otro para modelarla; desde esta perspectiva, la educación no solo
se relaciona con el poder, sino que en muchos casos, ella es el poder, en la
medida que incide y en muchos casos determina el hacer de otro alguien social e
individual, Educar es incidir en los pensamientos
y en las conductas, de distintos modos; es posible educar privilegiando la
violencia o en cambio haciendo
prevalecer el consenso de modos más democráticos o, en cambio mediante formas
más autoritarias”; volviendo al texto
titulado “La Educación Ayer, Hoy y Mañana”, Gvirtz dice que la palabra Poder tiene una connotación negativa en ámbitos escolares, asociada históricamente
a la capacidad de manipular a otro y de ejercer sobre este extorsiones o formas
coercitivas –violentas-siempre asociadas a las fuerzas de seguridad y a la
“malvada” clase política; antes los profesores no asumían el ejercicio del
poder en su práctica docente; las
actuales perspectivas teóricas advierten que el poder se ejerce en el mundo
cotidiano –en la vida diaria-. Silvina Gvirtz afirma “para construir una
democracia, tanto en la sociedad general como en la institución escolar, es
necesario considerar los problemas del poder; la democracia no se construye
ocultando la realidad de los vínculos, sino poniendo en evidencia que las
relaciones sociales son necesariamente relaciones de poder, en muchos casos
conflictivas, que esto no implica algo malo, sino una cuestión con la que
convivimos; y respecto de la cual, hay que hablar”. La autora habla de
Reglamentos de Convivencia y de la representatividad estudiantil y docente en
órganos de gobierno de instituciones educativas -. Para cerrar el apartado,
Silvina Gvirtz dice: “La selección y distribución de algunos conocimientos
determinan, en una sociedad, formas muy específicas del ejercicio del poder, la
democracia es una de esas formas específicas, en las que el poder se ejerce y
se construye diariamente; estas consideraciones son escenciales para formar
lectores críticos y docentes que sepan que ciertas formas de ejercicio del
poder son deseables”.
2.7. ¿Qué se entiende por Pedagogía? Definan y
expliquen cómo se ha configurado el campo pedagógico. Consideren los aportes de
Gvirtz y Sosa Gazari.
Gvirtz inicia el
apartado sobre Pedagogía y Ciencias de la Educación con una cita de Durkheim
que dice que la pedagogía es una práctica teórica, relacionada con una cierta
manera de considerar la educación, -la pedagogía no es más que la materia de la
educación para el sociólogo francés-; la autora afirma que “la pedagogía es, a
grandes rasgos, el campo del saber que se ocupa de los fenómenos educativos, es
el paso de la reflexión al saber, su campo se conforma a partir de los diversos
modos de entender la educación; de hecho, en cierta manera, las reflexiones
sobre el fenómeno educativo ya son pedagógicas; para definirla con precisión: los estudios que versan sobre la producción,
la distribución y la apropiación de los saberes son estudios pedagógicos”; la diferencia entre pedagogía y ciencias de
la educación es conceptual; el avance de las ciencias de la educación se
relaciona con la voluntad de otorgar a la vieja pedagogía un status
epistemológico análogo al de otras ciencias sociales; la mirada pedagógica de la
vieja pedagogía era empírica, centrada en los ideales y utopías que marcaban
los caminos a seguir -consideraba evidencias empíricas para tomar decisiones-;
por el contrario, el campo disciplinar de las ciencias de la educación se fue
construyendo con el objetivo de convertir el estudio de la educación en un
estudio científico y no meramente normativo; la psicología y la sociología proveyeron
instrumentos metodológicos y teóricos de sus propios archivos, como también la
etnografía, la historia y las ciencias políticas hicieron aportes a la
pedagogía. La autora considera que en el presente, a la pedagogía se le reconoce una doble
función, por un lado presenta evidencias sobre el funcionamiento de la
educación, y por otro recupera la tarea normativa de la vieja pedagogía; estas
consideraciones ubican en el eje del debate, la relación entre la teoría y la
práctica y el lugar que ocupa el docente en esa relación; si la docencia es
concebida como una profesión, el docente es un profesional que construye teoría
a partir de los procesos de reflexión que realiza de su propia práctica –teoría
y práctica no se oponen, sino que se constituyen juntas en torno a ella, de
esta manera, la teoría, en lugar de decir cómo debe actuarse en la práctica,
brinda herramientas que permiten cuestionarla-
Lucía Sosa Gazari
ensaya una aproximación epistemológica a la pedagogía; termino de origen griego
compuesto por los vocablos paides –niños- u agein –conducir-; “la paidagogía fue en Grecia la función del
paidagogos; éste era quien conducía los niños a la escuela; la paidagogía se
convierte, entonces, en el saber o arte de ponerlas en práctica”; hoy el saber
pedagógico no se agota con esa definición; desde comienzo del siglo XX hasta
nuestros días, la pedagogía como campo disciplinar es objeto de profundos
debates acerca de su identidad, de la conformación de campo pedagógico y la
estructura de la disciplina; para la autora,la razón por la que se han
profundizado los debates sobre pedagogía y educación, a partir del siglo
pasado, se relaciona con la creación de los sistemas educativos nacionales y/o
la expansión de la escolaridad; el desarrollo de las ciencias en general y de
las ciencias humanas y sociales en particular, con los consiguientes replanteos
epistemológicos puesto que “a medida que la ciencia crece se reflexiona más
sobre la ciencia misma; la denominación de la pedagogía como ciencia de la
educación o ciencias de la educación; la diferencia en la denominación radica
en que estos nombres responden a distintas tradiciones científicas y académicas
– la escuela alemana sostiene la necesidad de una unidad disciplinaria –la
pedagogía-, en cambio, la tradición académica francesa defiende la necesidad de
sostener la multidisciplinareidad –o multireferencial-, respecto a la educación
y prefiere la expresión “ciencias de la educación”.
Ambos hechos (el desarrollo de las ciencias
sociales y los desarrollos académicos europeos) han concurrido al crecimiento
de los estudios sobre la educación; en su propia dinámica de crecimiento, la
pedagogía ha ido generando ciertos sectores de conocimiento especializados;
otra modalidad de relación científica se establece al extrapolar y aplicar
datos de determinadas disciplinas, -biología, psicología, sociología, historia,
economía, entre otras,- al análisis de los hechos educativos, a fin de
satisfacer las demandas explicativas y
pragmáticas que se plantean en el sector educación y que requieren
conocimientos previos y básicos muy diversos; todas las vinculaciones con otras
ciencias y con la filosofía, la pedagogía ha incorporado conocimientos y
métodos de distintos cuerpos de saber que la han configurado como un espacio no
homogéneo.
2.9. Teniendo en cuenta todo lo trabajado en este
eje -considerando también los otros trabajos- y sus saberes acerca del hecho
educativo, en este punto se apela a su creatividad:
Elija un nivel de concreción de la Práctica
educativa (Ver diapositiva de clase), luego elaboren un breve texto en el que
describan “la realidad educativa” acorde al nivel elegido teniendo en cuenta
los tópicos presentados por los distintos autores más los conocimientos
producto de su propia experiencia Por ejemplo si eligen el nivel más amplio de
la práctica allí deberán remitir al contexto sociopolítico, a los discursos y
sujetos en general, etc. Se advierte que el hecho de focalizar en un nivel de
la realidad no quiere decir que éste no impacte sobre los otros, muy por el
contrario, la interrelación de las distintas dimensiones posibilitan una mejor
comprensión del objeto.
Una vez descripto el nivel
de la realidad elija un criterio de análisis y enuncie que aspectos
tendrían en cuenta para realizar un análisis pedagógico de la situación
presentada.
Voy a considerar el análisis de una situación educativa, a nivel de la Educación
Superior (terciaria), en la ciudad de San Luis: la “toma” del IFDC por parte de
un reducido grupo de alumnos y docentes, un hecho muy cercano a la cursada de
nuestra materia, conocido por todos. El sábado que intenté ingresar y no me lo
permitieron porque había una barricada frente al acceso, me hizo acordar a mi
experiencia como alumno de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, entre 1976
y 1982, cuando la policía ocupaba los accesos, y en algunos casos no permitía
el acceso a la facultad usando bancos y mesas como barricadas (considero que
impedir el ingreso a un establecimiento educativo siempre es sinónimo de
violencia política contra la democracia en la educación pública y contra todos
los integrantes de la comunidad académica). Las consignas del grupo de
activistas que impedía el accedo incluía, de acuerdo a unos carteles que se
exhibían en el piquete, exigía la
reincorporación de dos profesores, mejoras en las condiciones edilicias y un
gobierno autónomo de estudiantes y profesores.
Considero que la
“toma” del edificio del IFDC, por parte de un grupo de estudiantes y docentes
–hay quienes afirman que en ese episodio actuaron militantes ajenos a la
mencionada Casa de Estudios-, ocurrido durante la última semana de Septiembre.
Para analizar esta situación, voy a emplear los conceptos analíticos expuestos
en el punto 2.4 de este TP (habla de las relaciones de poder en contextos educativos;
la profesora Gvirtz toma conceptos desarrollados por Freire que están
relacionados con la tendencia pedagógica crítica).
De acuerdo a lo
que yo presencié el viernes pasado, cuando intenté ingresar para cursar la
asignatura Pedagogía, y también a las crónicas periodísticas publicadas por “La
Bulla” -un medio digital independiente o alternativo, que cubrió el conflicto,
la medida de fuerza – la medida de fuerza fue tomada por un grupo pequeño de
alumnos y docentes, en relación a la comunidad educativa que trabaja y estudia
en el Instituto (aproximadamente 2000 personas) –a mí nadie me consultó ni me
pidió mi opinión sobre las medidas de fuerza que ese grupo implementó-;
considero que este tipo de prácticas se relacionan con formas autoritarias del
ejercicio del poder dentro del sistema
educativo, más allá de las supuestas
injusticias laborales o problemas edilicios y de las “asambleas
estudiantiles-docentes” que intentaron legitimar la ocupación del edificio y los cortes de la
Av Lafinur cada 20 minutos-; de acuerdo a la información que yo manejo, a esas
asambleas concurrió menos del 5% de la comunidad educativa del Instituto-.
Entiendo que
asistir a clase es un derecho constitucional que tengo yo y que tienen todos
los alumnos que cursan el profesorado INET y todos los profesorados que se dictan en el IFDC-;
considero que la búsqueda del consenso es fundamental antes de llegar a medidas
de acción directa, apuradas y decididas por pocos (que tienen intereses
políticos sectoriales)– grupos que se auto-consideran, arbitrariamente, representativos del conjunto por el “mandato”
de asambleas en la que los participantes fueron mayoritariamente militantes de
organizaciones políticas, organizaciones “liberales de izquierda” minoritarias,
que no tienen representación legislativa provincial ni nacional-.
Considero que es necesario
estimular la participación masiva de alumnos y dicentes en sus respectivos
organismos de masas –centro de estudiantes y gremial y o mutual docente- para
fortalecerlos, fomentando el debate de ideas y exigiendo información,
fehacientemente documentada, de la situación administrativa de los docentes que
supuestamente fueron cesanteados irregularmente, y también informes técnicos que
detallen la situación edilicia; por último, no hay que perder de vista que
estamos dentro de un establecimiento educativo; la “transmisión oral” de los
motivos que supuestamente provocaron el conflicto se relacionan más con la
metodología que emplean habitualmente medios como Radio Mitre y Cadena 3 que
con la práctica teórica –letrada- que usan habitualmente alumnos formados en
ciencias humanas y los profesores y
pedagogos que dictan clases en el Instituto.
Con respecto al
gobierno autónomo de las Casas de Altos Estudios –aun continúa vigente el
modelo que aportó la Reforma Universitaria (Córdoba, 1918); en los Consejos
Directivos de las facultades dependientes de
las Universidades Nacionales hay
más representantes de profesores que de alumnos y los trabajadores no-docentes
no tienen representación, continuando con una la tradición académica liberal-.
Este punto también se vuelve a relacionar con el conflicto político-pedagógico
que ocurre en el IFDC: entre las reivindicaciones del grupo de estudiantes y
docentes que provocó los incidentes anteriormente mencionados, había un punto,
expresado en pancartas y carteles, que
exigía concursos docentes para cubrir cargos directivos del Instituto; en el
caso que actualmente los cargos directivos no estén concursados (yo no tengo
información referida a como fue la designación del actual Equipo Directivo),
considero que el llamado a concursos de méritos para la provisión de esos
cargos jerárquicos aportaría consenso y pluralidad a la comunidad educativa del
IFDC.
3. Evalúe
qué fortalezas y dificultades se le presentaron para el desarrollo del
práctico.
Como fortalezas de la actividad desarrollada por la
Cátedra, considero la lectura de los
textos de Silvina Gvirtz. Las dificultades que yo experimenté en el
curso se relacionan con el uso de una “lista de correo” por parte de la
Cátedra, recurso usado por la profesora titular para comunicarse con los
alumnos y a la vez para enviar PDFs y las consignas de los Trabajos Prácticos.
Hoy existen herramientas digitales más efectivas, prácticas y funcionales que una lista de correo para
desarrollar prácticas docentes en 2014 (organizan, clasifican, archivan y
ordenan los materiales didácticos y la comunicación interna del curso,
permitiendo prácticas colaborativas –colectivas- en tiempo real). Considero que
el rechazo, por parte de la Cátedra, hacia las tecnologías de la información y
la comunicación [TICs] que sugiere el Programa Conectar Igualdad, financiado
por ANSES y dirigido por la profesora Silvina Gvirtz, habla de una práctica
docente analógica, completamente
descontextualizada de la realidad educativa de 2014. También me llamó la
atención que la profesora a cargo de la cátedra mencionara en clase al actual
Senador Nacional Adolfo Rodríguez Saá peyorativamente como “tío Adolfo”
(sospecho que lo hizo para expresar su disgusto con las ideas y la práctica
política del legislador que representa a la Provincia de San Luis en el
Congreso Nacional). Considero que no es un buen ejemplo descalificar a
dirigentes políticos que fueron votados masivamente por miles de ciudadanos sin
presentar previamente bibliografía o materiales didácticos, periodísticos o
legislativos que permitan hacer un análisis del trabajo del líder político puntano
que se desempeñó como Presidente de la Nación en 2001 (considero que si un
alumno o descalifica a un docente en clase, sería considerado por las
autoridades de cualquier Casa de Estudios una falta de respeto que definiría
una situación educativa ofensiva y disruptiva). Yo creo que en este caso,
estamos frente a un “doble standard” académico. Considero que las
descalificaciones personales son completamente innecesarias dentro del
aula.
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