28/11/14

Comentario sobre la Ley 26058

La educación técnica fue la “gran olvidada” en la Ley Federal de Educación de la década de los 90. Durante esos años, la preocupación fundamental estuvo centrada en el control del déficit fiscal, la disminución del gasto público que incide fundamentalmente sobre el gasto social, la definición de un Estado mínimo, no intervencionista, sino subsidiario, la implementación de políticas de ajuste y achicamiento económico, políticas que trajeron como consecuencia la profundización de una crisis estructural dramática.
No fue casual este olvido en un proceso de desindustrialización creciente y de debilitamiento del sistema científico tecnológico. En este sentido, el Sistema Educativo se mostró consecuente con este modelo y con acciones que produjeron el vaciamiento de la escuela técnica. Algunas instituciones, con más éxito que otras, lograron resistir este proceso de desmantelamiento del sistema educativo técnico.

Cabe destacar la importancia de pensar y definir el tipo y modo de vinculación de las instituciones educativas con el sector productivo, de manera de respetar la lógica pedagógica sin perder de vista la productiva. La escuela media técnica debe preparar para el ámbito laboral, pero principalmente, debe formar ciudadanos críticos capaces de reflexionar sobre la realidad técnico científica más allá de las coyunturas o modas inmediatas. La educación debe caminar por delante de las demandas del mercado.

Es deseable pensar en el conjunto del sistema educativo en general y de la educación técnico profesional específicamente de manera que se tienda a la homogeneización nacional, definiendo una política integral en materia educativa, respetando y promoviendo la idiosincracia regional.

La Ley de Educación Técnico Profesional Nº 26058  pretende transformar democráticamente el sistema educativo como parte de un proceso similar para el conjunto de las políticas globales de la República Argentina

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