17/10/14

El Paradigma Gutenberg y las TIC

Consigna:  Elaborar un texto académico autónomo, mínimo de tres carillas de extensión (tipografía cuerpo 11). Título sugerido por la cátedra: “Ser docente hoy”. La bibliografía leída y analizada en clase, propuesta por la cátedra para esta ejercitación, incluye el texto “Saberes y sabores de la práctica docente” de la educadora argentina Alejandra Morzán, (Edición de la Autora, 2007) y el artículo titulado “Profesores y profesoras para el cambio”, del escritor hispano Miguel Angel Santos Guerra, que originalmente fue leído en un congreso de pedagogos realizado en Avila (España) en 1996  y luego fue editado en Argentina por Homo Sapiens Editores (2001).    

Practicar la docencia aquí y ahora -entre el paradigma Gutenberg y las Tecnologías de la Información y la Comunicación-.

Ser docente hoy, en Octubre de 2014, implica una tomar una posición con respecto a la tecnología que se utiliza en la práctica docente, de acuerdo a la opinión del  filósofo de la educación Alejandro Piscitelli, director del laboratorio de investigaciones pedagógicas del programa Conectar Igualdad-, financiado por ANSES (Administración Nacional de Seguridad Social). Para elaborar el presente texto, además de tener en cuenta las ideas que expresan Morzán y Santos Guerra en sus respectivos textos –anteriormente mencionados-, voy a considerar el aporte de Jorge Luis Borges, un  autor que reflexionó sobre la educación y la cultura del siglo XXI hace más de sesenta años, las ideas sobre la educación del futuro del pensador francés Edgar Morin y también mi experiencia como alumno del INET (curso las cinco materias correspondientes al primer año del profesorado de educación secundaria de la modalidad en concurrencia con el título de base). Actualmente estoy involucrado, desde mi rol de alumno, en la práctica docente de seis profesores, de cinco asignaturas distintas.    

Mi objetivo, para éste Trabajo Práctico, es problematizar el libro como producto editorial usado en prácticas educativas –y también los “subproductos” del libro, como son las fotocopias y los anillados, que aun circulan masivamente dentro de casi todos los establecimientos educativos del país (el uso de estos subproductos en contextos escolares es naturalizada por muchos docentes y profesores que aun no aceptan trabajar con las tecnologías digitales de la información y de la comunicación (o TICs) por distintos motivos-. El libro, las fotocopias y los anillados son ejemplos de la vigencia de la era de la imprenta (una tecnología del siglo XVI,  que en mi humilde opinión, está cumpliendo un ciclo histórico, como también lo están cumpliendo la escuela y el aula tradicional, instituciones que  nacieron en el mismo contexto histórico, social y político  –y en el mismo siglo- que el célebre invento de Gutenberg). Pienso que en 2014, cuando todos tenemos dispositivos para acceder a la web y los archivos PDF son parte de nuestra cotideaneidad, las fotocopias y los anillados referencian prácticas educativas de baja calidad y de dudosa legalidad (una tecnología que considero inadecuada para cualquier tipo de práctica docente en niveles de universitarios y de educación superiror).

El libro es parte de la utilería de la escuela desde su fundación (la fotocopia llega después del mimeógrafo, algunos siglos después). Un ejemplar de un libro de lectura,  es siempre un producto que tiene una significación especial en el mundo  escolar.  Un libro, analizado físicamente, como objeto industrializado,  más allá del autor y de la información correspondiente a la edición, siempre remite al modelo imprentero, signo de una tecnología que en su momento, hace 400 años aproximadamente, “habló” de  una nueva era, o un “nuevo tiempo” de la civilización occidental. Hoy la industria de internet, poco a poco, se está convirtiendo en un nuevo standard de la comunicación humana (un proceso histórico e irreversible). La existencia del programa Conectar Igualdad evidencia la industrialización del aula y el uso TICs, para resolver problemas educativos en las escuelas y universidades de nuestro país, promovido por las actuales autoridades del PEN. El programa Conectar Igualdad nos indica que el futuro llegó al sistema educativo público nacional, sin necesidad de hacer declamaciones sobre el futuro de la educación, como si lo hacen, paradójicamente, los que aun imprimen sus ideas en papel.
El libro (manual, enciclopedia, antología de cuentos, novela o diccionario)  es un objeto que fue representativo del mundo escolar durante mucho tiempo; siempre siempre cargado de ideologías, turbulencias, alegrías, tristezas y descubrimientos asombrosos y extraordinarios; el libro es un  artefacto portador de contenidos sociales y culturales. Morzán y Santos Guerra usaron la tecnología que inventó Gutenberg –que aun sirve para imprimir sobre papel-  para comunicarle al mundo sus ideas sobre la educación.

El uso de productos editoriales en la escuela presenta problemas legales que son, en la mayoría de los casos,  naturalizados por docentes y autoridades. Ningún producto editorial –gráfico, fonográfico,  radiodifusor o cinematográfico- puede ser copiado, de acuerdo a la legislación de derechos autorales vigente en nuestro país.  En el caso de un uso educativo, como es nuestro caso, para salvar este tema legal, se necesita que las autoridades de la institución educativa, conjuntamente con el titular o responsable de la cátedra que necesita usar un producto editorial con derechos reservados, le pidan permiso a la editorial –o al titular de los derechos de la obra-, en forma fehacientemente documentada; para que, una vez otorgado el permiso, se pueda copiar o fotocopiar libremente a obra en el contexto de una práctica educativa  (trámite que no hace ningún docente ni autoridad de ningún establecimiento educativo, que yo sepa, por lo tanto, se legitima –involuntariamente- la piratería, un delito tipificado relacionado con el hurto de propiedad intelectual,  que se verifica en todos los casos que no se cumple con ese requisito legal). En muchos casos las fotocopias se venden ilegalmente (algunos comerciantes, que explotan los kioskos fotocopiadores, no entregan los soportes que exigen las normativas del Ministerio de Economía de la Nación). 

El debate sobre propiedad intelectual y licencias para el uso de obras –textos, ilustraciones, fotos, films, videos, software o cualquier otro producto cultural propio de las industrias del siglo XXI- hoy está en el centro de la escena mediática y política, pero está ausente en las aulas de los establecimientos educativos porque, de acuerdo a mi opinión, mayoritariamente, los docentes viven en el pasado (mientras, paradójicamente,  hablan del futuro de la educación, de la necesidad de cambios políticos “urgentes” y en muchos casos, de lo malvados que son nuestros dirigentes políticos, quienes son votados masivamente por el pueblo para hacerse cargo de responsabilidades institucionales previstas en la Constitución Nacional). Actualmente, en la web, circulan productos editoriales que usan licencias CC -Creative Commons-, licencias que permiten el uso y la reproducción de obras y productos editoriales en contextos educativos, siempre y cuando no haya intenciones de lucro.

“La enseñanza es una actividad compleja, que se desarrolla en escenarios singulares, claramente determinada por el contexto, con resultados siempre en gran parte previsibles y cargados de conflictos de valor, que requieren oposiciones (no técnicas, sino) éticas y políticas” dice Morzán, citando el texto “Comprender y transformar la enseñanza”, libro publicado por los autores hispanos Sacristán y Pérez Gómez (Morata, España, 1999). La única referencia que hace la autora a la tecnología en su artículo “Sabores y Saberes” es negativa. Morzán elegió publicar su libro en papel y no en internet en el año 2007; supongo que optó por publicar en soporte papel por motivos ideológicos y  políticos personales, que hablan de sus preferencias culturales (a mi criterio, liberales).

El artículo de Morzán fue publicado en la web –en formato PDF- por una revista cultural digital, sin embargo la Cátedra de Prácticas Docentes nos pidió a todos los alumnos que compremos la fotocopias de este texto (en el curso, muchos alumnos-profesores tienen notebooks del programa Conectar Igualdad y también teléfonos smartphones, como es mi caso, que nos permiten el acceso a internet por intermedio del servicio gratuito de wifi que brinda en Instituto de Formación Docente (el artículo de Santos Guerra también está publicado en la web, en formato PDF). Considero completamente innecesario adquirir fotocopias de textos que están publicados en la web (es un derroche de dinero que no tiene ningún sentido y que podría ser invertido en acciones solidarias).

El autor hispano, seleccionado por la cátedra, considera erróneamente que los ordenadores son “competidores” de los docentes  (más que un error, considero que la afirmación del autor es un disparate que lo posiciona automáticamente en el pasado, en la categoría de “docentes que aun realizan prácticas docentes analógicas”, prácticas que son promovidas en ferias y supermercados del libro, “shoppings culturales” que todavía  abundan en las ciudades argentinas, eventos libreros que en muchos casos son patrocinados por el Grupo Clarín; uno de los principales editores del país; este grupo empresarial es accionista mayoritario de la fábrica de papel de diario “Papel Prensa SA” ubicada en San Pedro, Provincia de Buenos Aires (los accionistas de esta empresa están siendo juzgados por crímenes de lesa humanidad, relacionados con la operación de compraventa de las acciones de esa empresa ocurrida en 1976, en la que intervino Jorge Rafael Videla y otros importantes dirigentes del “Proceso”). La papel impreso, lamentablemente, tiene connotaciones trágicas y violentas en nuestro país.

Para dar un ejemplo de tecnología, Santos Guerra apela a la bicicleta (a diferencia de los ordenadores y demás dispositivos electrónicos, parecería que este autor considera a la máquina de dos ruedas una “amiga” de la escuela, de la misma manera que considera a la imprenta).  El pedagogo hispano publica productos editoriales en papel desde los años ochenta (sospecho que este súbdito del Rey de España gana más dinero como autor de libros impresos en papel que como educador o docente). Después de leer el artículo de Santos Guerra en clase, se debatieron los conceptos del autor y la mayoría de los alumnos del curso consideró que las computadoras están al servicio de la educación y de ninguna manera son “competidores” de la escuela, como señala erróneamente el autor. Una alumna –compañera de curso-, ingeniera y profesora en una escuela agraria, dijo en clase que ella usa un grupo de Facebook para comunicarse e interactuar con sus alumnos.

En la cátedra de Prácticas Docentes,  usamos una “lista de correo electrónico” para comunicarnos (lista que no es administrada por nadie en especial). Yo considero que un grupo de Facebook es una herramienta  mucho más útil y eficiente  que una lista de correo, en el contexto de una práctica docente. La Cátedra de Filosofía de la Educación emplea un servicio web gratuito de aula virtual, que es un instrumento superior en prestaciones, especificidad y funcionalidad al  servicio “grupo” que brinda la empresa Facebook y a la lista de correo. La Cátedra de Filosofía no nos pidió que compremos fotocopias. El docente responsable de nuestro profesorado, el último sábado nos dijo que va a realizar gestiones para que nos entreguen las notebooks del Programa Conectar igualdad a todos los alumnos que aun no la hemos recibimos.

Considero que textos de Morzán y Santos apuntan a decirnos “como debería ser la educación del futuro”, sin embargo, solo brindan expresiones de deseo y comentarios superficiales sobre cómo se puede mejorar la práctica docente a partir de sus respectivas experiencias personales (yo considero que ambos textos incluyen discurso retórico y no aportan métodos ni técnicas para mejor  la calidad de la enseñanza. Desde el punto de vista que expone Edgar Morin en su libro “Los siete saberes fundamentales para la enseñanza del futuro”, editado por la UNESCO,  los contenidos de Morzám y Santos Guerra no son pertinentes a los conocimientos que se deben enseñar en el siglo XXI (Morin critica las bases del sistema educativo global y retoma a pedagogos críticos como Freire y Habermas). Los alumnos que cursamos el profesorado de INET en 2014, de aquí a tres años aproximadamente, cuando egresemos, -en carácter de profesores de escuelas técnicas-; vamos a desarrollar una práctica que seguramente estará atravesada por la tecnología digital. Hoy, la realidad del aula virtual –y la de todas las aplicaciones que sugiere el Programa Conectar Igualdad-, es más concreta y efectiva que todos los discursos que expresan deseos de cambio, ensayando ideas “supuestamente éticas y transformadoras” para el futuro de la educación.

Como concusión de éste Trabajo Práctico, pienso que el futuro del libro es incierto (como el de la escuela y el del aula tradicional).  Piscitelli sostiene que el libro tiende a convertirse en un producto elitista, caro y lujoso-,  porque, según afirma el autor de “Internet, la imprenta del siglo 21” -y actualmente profesor titular de la asignatura datos y estadísticas, de la carrera de Comunicación Social de la UBA-,  “la democratización de la cultura se relaciona con el nuevo paradigma de las industrias culturales: la conexión a internet y el sistema de servidores que permiten garantizar servicios de comunicación personal y social sobre plataformas digitales, como son las redes sociales, aulas virtuales, correos electrónicos, mensajerías personales, noticias, películas, espectáculos musicales, entre otros eventos culturales”.  El libro, como artefacto cultural hoy está en decadencia, en un proceso terminal, relacionado con la expansión de una nueva industria que propone una integración del entretenimiento,  la educación y la información en contextos colaborativos, colectivos y comunitarios (profesionales y gremiales). Borges, en su texto titulado La Biblioteca de Babel, adelanta la idea de una nueva organización del saber y la cultura que se manifiesta en  un nuevo paradigma racional, de base sistémica y matemática; modelo que ya llegó a las escuelas para desplazar a los tipos móviles de Gutenberg, piezas artesanales y metálicas, que aun se usan en los talleres gráficos donde se imprimieron las ediciones en papel de los textos de Santos Guerra y Morzán.

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Textos adicionales, utilizados para la elaboración de este TP:

PISCITELLI, Alejandro. “Internet, la imprenta del siglo 21” Bs As, Gidesa, 2006

Laboratorio del programa educativo Conectar Igualdad –ANSES-. [url: http://conectarlab.com.ar/que-es-el-lab/equipo/ ]

BORGES, Jorge Luis, “La Biblioteca de Babel”  texto aparecido por primera vez en la colección de relatos, El jardín de los senderos que se bifurcan, Bs As,  1941; colección que más tarde fue incluida en Ficciones (1944).

SIEMENS George,  “Conectivismo: Una teoría de aprendizaje para la era digital”.  (2004) [url: http://edublogki.wikispaces.com/file/view/Conectivismo.pdf ]

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