Ejercitaciones y Trabajos Prácticos correspondientes al Profesorado de Educación Secundaria de la Modalidad de concurrencia con el Título de Base. Dirección Ejecutiva INET: Lic. Eduardo Aragundi, Dirección Nacional del Centro Nacional de Educación Tecnológica: Arq. Fernando Paoletti.
31/10/14
Estado de Beneficio en Argentina
1.
Introducción
Las políticas
públicas redistributivas englobadas en el concepto de Estado del Bienestar que
se aplicaron en Argentina y su relación
con la educación y la práctica docente en las escuelas técnicas o
“industriales”, es el tema que vamos a desarrollar en esta clase.
La Argentina es
una de las sociedades donde el modelo keynesiano tuvo un gran desarrollo. Luego
del impacto de la Gran Depresión, pero especialmente a partir del primer
gobierno peronista en el inicio de la segunda posguerra, el Estado adquirió
fuerte presencia tanto en la regulación de la economía como en el proceso
productivo mismo con la creación de un gran número de empresas estatales.
Argentina es uno de los países latinoamericanos donde el Estado del Bienestar
tuvo una gran expansión desde mediados del siglo XX: se impulsó la extensión de
la cobertura del sistema previsional; el desarrollo de los esquemas de salud de
la seguridad social, denominados obras sociales; la expansión de la política
habitacional y el desarrollo de la infraestructura pública en las áreas de
salud y educación.
A partir de la década del cuarenta, la educación dejó de ser
un derecho individual y se convirtió en un derecho social. Este derecho fue
reglamentado por intermedio de normativas y legislaciones, que en muchos casos,
implicaron la creación de nuevas instituciones educativas y de organismos de dirección,
administración y supervisión. Por
el decreto 14538 del 3 de junio de 1944 se organizó y reglamentó el aprendizaje
y trabajo de los menores y se creó la dirección de Aprendizaje y Trabajo de los
Menores, dependiente de la Secretaría de Trabajo y Previsión (a cargo del
Coronel Perón).
La Ley 12921,
sancionada el 21 de diciembre de 1946 estableció la creación de la Comisión
Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional (CNAOP), ente autárquico que
suplía a los organismos anteriores y centralizaba la acción del Estado en
materia de aprendizaje y perfeccionamiento obrero. Años después, ante la necesidad de uniformar y agilizar
lo relacionado con la enseñanza técnica y profesional determinó que ésta
Comisión se fusionara con la Dirección Nacional de Enseñanza Técnica, dando
origen al Consejo Nacional de Educación Técnica (CONET), creado como organismo
autárquico mediante la Ley Nº 15.240 (1959).
En 1995 fue creado el Instituto
Nacional de Educación Tecnológica (INET), con el objeto de dotar al Ministerio
de Educación, de un instrumento ágil para el desarrollo de las políticas
relacionadas con la educación técnico profesional, frente al nuevo escenario
planteado por la sanción de la Ley Federal de Educación y por la consecuente
transferencia de las Escuelas Nacionales a las Jurisdicciones Provinciales.
2.
Características
educativas del Estado del Bienestar en Argentina.
La oferta educativa del Estado del Bienestar ofrece:
a. Alfabetización básica (primaria); colonia hogar y hogares escuela (infantiles).
a. Alfabetización básica (primaria); colonia hogar y hogares escuela (infantiles).
b. Capacitación para la mano de obra para ampliar el acceso al conocimiento en función de las nuevas demandas del mercado laboral (la incipiente industria argentina); aparecen dentro del sistema educativo, por primera vez en la historia del sistema educativo nacional, currículas técnico-profesionales y conocimientos de oficios y especialidades (alfabetización tecnológica básica y superior).
c. Incorporación de controles sanitarios en la educación
técnica: la revisión de los
menores desde el punto de vista
psicofísico y psicotécnico, como complemento de la revisión médica realizada
por los organismos pertinentes (también incorporó el estudio de las condiciones
físicas y psicofísicas que se requieren para los distintos oficios –seguridad e
higiene).
3.
Políticas educativas y planes de estudio orientados
a la industria.
La enseñanza técnica adquirió mucha importancia ya que se le
dio un rol central en la “revolución justicialista” (terminología usada por las
autoridades políticas de la época). En
este período, la educación técnica daba a los estudiantes la posibilidad de
ingresar al mercado laboral y al mismo tiempo servía a las necesidades del
estado al promover el desarrollo industrial que impulsa el gobierno. La
expansión de la educación técnica y la importancia que el peronismo le adjudicó
tuvo su reflejo en los cambios de la estructura ministerial, al establecerse un
departamento especial para esa modalidad de enseñanza que jerarquizó su
estructura administrativa.
a.
La Dirección Especial de Enseñanza Técnica se
creó en 1944 –por Decreto- con el objeto de dirigir, administrar y someter a
inspección todos los establecimientos de enseñanza técnica que hasta la fecha
dependían de la Inspección General de Enseñanza y elaborar los planes de
enseñanza de la modalidad. Dependerían de esa Dirección las escuelas
industriales, las escuelas de técnicos de oficios, de artes y oficios, de
oficios, profesionales para mujeres, las escuelas normales de adaptación
regional, y los establecimientos incorporados a cualquiera de aquellos.
b.
La sección
Educación del Primer Plan Quinquenal de 1947 indicaba los esfuerzos en reorganizar
el sistema, estableciendo la estructura del Consejo Nacional de Educación para
coordinar la supervisión de las instituciones educativas a todos los niveles (este
estadio organizacional también reflejó la intención peronista de centralizar el
sistema y ponerlo bajo control del gobierno).
El Primer Plan Quinquenal se ocupó de la organización del
sistema educativo, para el que propuso crear un nuevo Consejo Nacional de Educación,
asignado al Ministerio de Instrucción Pública, con cierto grado de autonomía.
Este nuevo Consejo estaría integrado por tres Secciones: de Enseñanza Primaria,
de Enseñanza Secundaria y de Enseñanza Técnica.
Sus funciones serían crear y sostener escuelas y colegios,
organizar la enseñanza en todos sus aspectos, nombrar maestros, profesores y su
propio personal administrativo, inspeccionar la enseñanza, administrar sus
fondos, expedir títulos y certificados de estudio.
La enseñanza técnica dependería de la Sección Tercera, y en
ella serían refundidas las Escuelas de Aprendices, de Artes y Oficios,
Industriales, y Monotécnicas, y se integraría a ella el Comercial. Comprendería
capacitación, perfeccionamiento y especialización. La enseñanza técnica sería
gratuita para todo obrero, artesano o empleado que viviera de su trabajo y para
los que dependieran de ellos.
Pero el gobierno no cumplió el objetivo de mantener un
Consejo Nacional de Educación con relativa autonomía. El 14 de febrero de 1948,
en Acuerdo General de Ministros, se creó la Secretaría de Educación, después de
tomadas las providencias que permitieron separar al departamento de Instrucción
Pública del entonces Ministerio de Justicia e Instrucción Pública. Sancionada
la Constitución de 1949, esta Secretaría se unificó con el Ministerio de
Educación, por la ley orgánica de los Ministerios.
4.
La organización de la enseñanza técnica dentro
del sistema educativo público nacional.
Hasta 1943, la oferta oficial de educación técnica estaba
compuesta por cuatro tipos de instituciones: Las Escuelas de Artes y Oficios,
las Escuelas Industriales de la Nación, las Escuelas Técnicas de Oficios, y las
Escuelas Profesionales para mujeres. Las primeras databan de 1909, y exigían
para su ingreso haber aprobado cuarto grado del ciclo primario. Daban una
formación eminentemente práctica, la duración de sus cursos era de tres años, y
sus egresados recibían un Certificado de Aptitud que no los habilitaba para continuar estudios posteriores.
Las Escuelas de Oficios estaban dedicadas a la formación de
obreros técnicos, sus estudios se realizaban en dos tipos generales de
establecimientos:
a) Las Escuelas Técnicas de Oficios, para la formación de
obreros especializados funcionaban en centros densamente poblados y altamente
industriales, creadas en1935, exigían el ciclo primario completo como condición
de ingreso. Ofrecían cuatro especialidades (electricidad, hierro, carpintería y
construcciones) de tres años de duración y otorgaban el título de obrero
especializado en el oficio cursado. Con un año más de perfeccionamiento
obtenían el certificado de Capataces. Tampoco
ellas permitían la continuación de estudios superiores.
b) Las Escuelas de Artes y Oficios, para la preparación de
obreros rurales. Se instalaban en medios rurales o poblaciones de poca
actividad fabril.
En ellos la enseñanza se desarrollaba en forma eminentemente
práctica, tanto en lo que se refiere a la ejercitación de tallar como en lo
concerniente a la enseñanza teórica, reducida a los conocimientos
indispensables para fundamentar, explicar o aclarar cada uno de los proceso.
Las Escuelas Profesionales de mujeres tenían por finalidad proporcionar a la alumna aptitudes
manuales en determinadas ramas del trabajo. En ellas funcionaban las
especialidades de bordado en blanco, flores y frutas artificiales, lencería,
bordado en oro, bordado de fantasía y estilo, corsés, encajes, pintura, dibujo
y arte decorativo, tejidos en telares, sombreros, cartonado, y encuadernación,
fotografía, joyería, corte y confección. Sus programas, en principio diversos,
serían unificados en 1950, año en el cual se crearon además los Cursos libres
de capacitación para mujeres, atendidos por personal de las Escuelas
Profesionales cuyo horario les dejara horas libres. Los únicos requisitos que
había que cumplir para inscribirse en ellos eran ser mayores de 16 años y
solicitarlo.
.De las Escuelas Normales de Adaptación Regional egresaban los maestros rurales. En los
tres primeros años, además de las asignaturas comunes de las escuelas normales,
los varones estudiaban trabajos agrícolas y de granja, talleres rurales,
construcciones rurales; y las mujeres corte y confección, tejidos en telar,
trabajos de granja. En el curso de maestros, los varones recibían nociones
prácticas de tipografía y construcciones rurales, talleres de granja y talleres
rurales; mientras que las mujeres se especializaban en cocina dietética,
puericultura y cocina infantil. Las asignaturas comunes eran manualidades y
granja, higiene, primeros auxilios y profilaxis de enfermedades regionales.
Las Escuelas Industriales de la Nación fueron creadas a
partir de 1899, eran similares a las escuelas profesionales alemanas y
francesas. Para su ingreso era necesario haber concluido la escuela primaria,
su plan de estudios se extendía a seis o siete años. El curriculum estaba
centrado en las disciplinas científico técnicas y las horas dedicadas al taller
se reducían a un 20 o 25% del total. El título que otorgaban era el de técnico
en la especialidad cursada (mecánica, electricidad, química, construcciones
civiles y navales).
Sus especialidades eran Dibujantes, Ayudantes Topógrafos, Sobrestantes
de Obras Viales, Sobrestantes de Construcciones (todos de cuatro años de
duración); Mecánica, Eléctrica, Construcciones y Química (de seis años de
duración); Construcción de Obras (3 años), Construcciones Navales menores (2
años), Auxiliar Industrial (1 año), Dibujante (1 año).
Había también cursos nocturnos de un año de duración cuyos
alumnos debían aprobar antes, para ingresar a ellos, el curso preparatorio (que
también duraba un año) en el que se estudiaba Electricidad, Mecánica, Motores a
combustión interna, Dibujo textil etc.
Hacia 1940 existían en todo el país 79 establecimientos entre
Escuelas Industriales y de Artes y Oficios en todo el territorio nacional. A la
vez que se uniformaban los planes de los tres ciclos implantados, se unificaban,
por decreto 19379/48 las Escuelas de Artes y Oficios, las Técnicas de Oficio y
las Industriales. Todas se denominaron Escuelas Industriales de la Nación. Las
de Artes y Oficios pasaron a constituir el ciclo básico o de capacitación y al
cabo de dos años de estudios otorgaban el correspondiente certificado. Las
Escuelas Técnicas de Oficio correspondieron al ciclo medio o de
perfeccionamiento y permitían obtener, después de otros dos años, el
certificado de experto en un oficio.
Los nuevos planes de estudio
Los planes de estudio de estos dos primeros ciclos fueron
aprobados por el decreto 9078/48. El ciclo de Capacitación suministraba los
elementos básicos (teóricos y prácticos) de la formación profesional, a cuyo
egreso se otorgaba un certificado de capacitación en el oficio respectivo; el
Ciclo de perfeccionamiento constituía un grado intermedio al término del cual
se otorgaba otro certificado de experto. El objetivo era preparar una mano de
obra capacitada en su oficio y una amplia preparación humanística.
El ciclo de capacitación, que era común a todas las
especialidades, establecía para el primer año las siguientes asignaturas
Matemáticas 5 hs. semanales, Castellano 3 hs. semanales,
Historia y Geografía Argentina 3 hs. semanales, Dibujo a pulso (de orientación
técnica) 2 hs. semanales, Dibujo geométrico 3 hs. semanales, Tecnología de los
materiales 2 hs. Semanales, Educación Cívica 2 hs. semanales, Religión o Moral
2 hs. semanales, Educación física 2 hs. semanales, Trabajo en Taller 20 hs.
semanales
Segundo Año (las materias teóricas se impartían en común,
Tecnología, Taller y
Dibujo de acuerdo a cada especialidad), Matemáticas 5 hs.
semanales, Castellano 3 hs. semanales, Historia y Geografía americana 3 hs.
semanales, Dibujo Técnico 4 hs. semanales, Física industrial 3 hs. semanales,
Higiene y seguridad industrial 2 hs. semanales, Religión o Moral 2 hs
semanales, Educación Física 2 hs. semanales, Tecnología y Trabajo de Taller 18
hs semanales, Materia de especialización 2 hs semanales
El ciclo de perfeccionamiento, también de dos años
establecía:
Tercer Año
Matemáticas 5 hs. semanales, Castellano 3 hs. semanales,
Historia y Geografía Universal 3 hs. semanales, Dibujo Técnico 4 hs. semanales,
Física industrial 3 hs. semanales, Educación Física 2 hs. semanales, Taller 18
hs. semanales
Las restantes 6 horas semanales se distribuían entre dos
materias específicas por
especialidad, siendo una Química, y una Tecnología
específicas.
Para cuarto año las materias comunes eran:
Matemáticas 5 hs. semanales, Nociones de contabilidad y
legislación 2 hs. semanales, Dibujo Técnico 6 hs. semanales, Electricidad
Práctica 3 hs. semanales, Educación Física 2 hs. semanales, Tecnología 6 hs.
semanales, Taller 18 hs. semanales. Las restantes dos horas correspondían a
alguna materia específica por orientación.
El ciclo superior, o de especialización, se extendía durante
tres años y hacía posible acceder al título de técnico en un oficio. Estos
planes fueron nuevamente reformados en 1952 por decreto 2164/52, que implantó
un ciclo básico reemplazando a los anteriores de capacitación y
perfeccionamiento, con una duración de tres años y posibilidades de obtener el
certificado de experto en el oficio cursado. El ciclo superior también de tres
años, con un mayor número de clases de taller, otorgaba el título de técnico.
El decreto establecía el plan de estudios para el ciclo
básico según las especialidades: Mecánica, Automotores, Electricidad, Química,
Carpintería Aviación, Telecomunicaciones, Petróleo, Construcciones Civiles
Ferrocarriles, Construcciones Navales.
5.
La Universidad Obrera Nacional (hoy Universidad
Tecnológica Nacional).
A
través de la Ley 13.229, sancionada el 19 de agosto de 1948, se implanta para
los trabajadores del ciclo de aprendizaje y capacitación de las escuelas
dependientes de la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional,
el segundo nivel orientado a la especialización técnica. En el Capítulo II, art. 9 de dicha Ley, se
establece la creación de la Universidad Obrera Nacional como institución
superior de enseñanza técnica, dependiente de la citada Comisión, con el objeto
de formar integralmente profesionales de origen laboral, destinados a
satisfacer las necesidades de la industria argentina. Al egresado se le
otorgaba el título de Ingeniero de Fábrica en las especialidades
correspondientes. Para el ingreso a la Universidad se estableció que los alumnos,
en todos los casos, debían desarrollar simultáneamente una actividad afín con
la carrera que cursaran. Durante casi una década se produjo un rápido
desarrollo a lo largo del país de esta modalidad educativa, que acompañaba la
expansión industrial argentina de aquellas pocas. Este proceso requería un
nivel cada vez más profundo en la formación de los egresados, lo que se tradujo
en importantes cambios académicos y organizativos. Estos fueron reconocidos
oficialmente a partir de 1952 por el Decreto 3014/52, que aprobó un nuevo
Reglamento de organización y funcionamiento con carácter de Universidad,
alcanzando el estatus definitivo de Universidad Nacional por la Ley 14.855 (
Ley de Autonomía ) del 14 de octubre de 1959.
Hasta 1953 actúa con la estructura
académica de Universidad, existiendo ya en ese entonces las Facultades
Regionales de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Rosario y Santa Fe, a las que se
sumaron - en 1954 - las Facultades Regionales de Bahía Blanca, La Plata,
Tucumán y luego Avellaneda (Pcia de Buenos Aires).
Esta actividad fue posible a partir
de 1952, ya que el Decreto 3014/52, había aprobado su Reglamento de
organización y funcionamiento con carácter de Universidad.
Luego de su creación, las
características organizativas y académicas continuaron atrayendo a un número
cada vez más elevado de alumnos, lo que llevó a la creación de nuevas
Facultades Regionales.
El 31 de agosto de 1962, la
Asamblea Universitaria aprobó el Primer Estatuto de U.T.N., que al momento
contaba con once (11) Facultades Regionales.
A inicios de 1984, Argentina retoma
definitivamente el camino de la democracia institucional. En el mes de junio de
ese año, el Congreso de la Nación aprueba la Ley 23.068, destinada a normalizar
las Universidades Nacionales, seriamente afectadas por las medidas tomadas en
todos los campos por el ex gobierno de facto.
La referida ley permitió iniciar
los trabajos destinados a devolver a la U.T.N. toda la fuerza creadora que
necesitaba para reasumir su papel en la reconstrucción de la educación
universitaria.
6.
El Hogar Escuela de Villa Mercedes, signo de una
educación inclusiva.
El objetivo del Estado de Beneficio representado
por el peronismo en el poder (1946-1955) fue atender las necesidades de los
grupos y sectores sociales en un proceso generalizado de integración. Por ello
se consideró la educación principalmente como parte de una política social que
en el caso de la Fundación Eva Perón estuvo unida con un objetivo claramente
asistencial de profundo ánimo reivindicatorio. Si bien existía una larga tradición de la intervención del Estado
argentino en las funciones educativas, fue durante el peronismo cuando el
Estado alcanzó la intervención generalizada que caracteriza a éste modelo de
estado. Frente al fracaso de las tradicionales políticas de exclusión en
favor de una minoría, el peronismo aplicó una política netamente redistributiva.
Con marcado carácter intervencionista el peronismo intentó edificar una mejora
general de los distintos sectores sociales especialmente destinada a los sectores
menos favorecidos. Para ello contó con un amplio apoyo popular lo que le
permitió constituirse en garante de los derechos sociales colectivos entre los
cuales figuraron el asistencialismo y la educación como expresión concreta de
la proclamada justicia social. En términos generales, el peronismo consideró a
la función educativa como parte de su política social cuyo objetivo principal
fue incorporar a nuevos sectores a la participación social.
La creación del Hogar Escuela de Villa
Mercedes estuvo directamente vinculada con la llegada del peronismo al poder,
tanto en la Nación como en la provincia. Cuando el peronismo ganó por primera
vez las elecciones en la provincia de San Luis la situación provincial era muy
distinta de lo que es actualmente. A mediados de la década de 1940, San Luis
era sin ningún lugar a dudas una provincia pobre y retrasada dentro del ámbito
nacional. En 1946, la U.C.R. Junta Renovadora que apoyaba a Juan Domingo Perón
como presidente ganó las elecciones provinciales, siendo elegido Ricardo Zabala
Ortiz como gobernador (1946-1952). El Partido Justicialista gobernaría San Luis
hasta 1955 ya que Víctor Endeiza completó el periodo 1952-1955. El peronismo
dominó también la designación de legisladores provinciales y nacionales. Hacia el año 1946, el proceso político que
se inició con este triunfo del peronismo colocó al Estado en un nuevo y
decidido papel como compensador de las desiguales condiciones sociales que
caracterizaba la vida provincial en la etapa anterior. Una nueva concepción
político-social tendió a democratizar y ampliar el sistema educativo. En este
marco se crearon o mejoraron instituciones primarias que vinculaban de diversos
modos a la educación con el ámbito del trabajo y de la asistencia social
(Colonia Hogar, Hogar Infantil) en la ciudad de San Luis. El desenvolvimiento
político y económico de San Luis era muy propicio para que la Fundación Eva
Perón la incluyera en su plan de obras, ya el Estado provincial respondía a los
lineamientos nacionales. A lo largo del año 1949 un gran plan de inversiones de
la Fundación Eva Perón fue tomando cuerpo en todo el país. Gracias a las
gestiones del Senador Nacional por San Luis, Francisco Rafael Luco, oriundo de
Villa Mercedes y al diputado provincial Sixto Alberto Laserna, Eva Perón
personalmente decidió que uno de los hogares escuela de la Fundación se
construyera en Villa Mercedes.
Esta resolución tuvo un amplio efecto benéfico
en la actividad económica de la ciudad y la provincia. Las gestiones personales
de Luco en Buenos Aires se conocieron públicamente en septiembre de 1949.
Gracias a este empeño, la provincia se beneficiaría con un gran emprendimiento
que iba a llenar una importante carencia social y que a su vez representaba una
inmensa inversión económica. El mecanismo por el cual se concretó la
construcción demuestra que toda la estructura gubernativa de la provincia, pese
a sus notables diferencias internas y celos políticos, de uno u otro modo apoyó
la iniciativa. La primera mención legal directa del Hogar Escuela de Villa
Mercedes y la que se puede considerar su acta de nacimiento oficial es la Ley
N° 2.143. Con fecha del 22 de septiembre de 1949, el gobernador Zabala Ortiz
promulgó esta ley que fuera presentada por el diputado Laserna. Esta ley
establecía y autorizaba la expropiación de terrenos en la ciudad de Villa
Mercedes (antiguas quintas) y su posterior donación a la Fundación de Ayuda
Social Eva Perón para construir un hospital regional y un “hogar-escuela” para
niños. Posteriormente, se completó el terreno original mediante la Ley N° 2.215
de agosto de 1950 alcanzando las 24 cuadras de extensión. Finalmente las obras
de la Fundación Eva Perón y los materiales necesarios para su construcción
fueron eximidas del pago de impuestos provinciales.
Una vez resuelta la aceptación
de la donación del gobierno provincial, de inmediato la Fundación dio por
comenzada la construcción del Hogar Escuela. En un acto público realizado a
fines de 1949 se colocó la piedra basal con la presencia de numerosas
autoridades locales. La empresa constructora del ingeniero Miguel Ángel
Centeno Córdoba, proveniente de Mendoza, se hizo cargo de la construcción en la
que llegaron a trabajar más de 3.000 obreros, lo que favoreció el empleo en
pleno. En su conjunto el Hogar Escuela de
Villa Mercedes constituyó una impactante obra de enormes dimensiones. Sólo en
el cuerpo central, cuya capacidad era de 850 internos aproximadamente, se puede
encontrar: 16 dormitorios, 14 comedores, 6 office de comedores, 8 roperías, 2
peluquerías, 12 locales sanitarios para niños, 8 dependencias, 12 aulas, 2
direcciones con dependencias, 2 salas de docentes, una sección completa de
servicios (calderas, talles, depósitos, despensa, cámara frigorífica, cocina
con dependencias, ropería, salón de costura, planchador, secador, lavadero), un
cine-teatro con capacidad para 300 espectadores con dependencias, una
sección completa de administración y tres secciones sanitarias completas. Este
enorme conjunto estaba comunicado por cientos de metros de pasillos y galerías.
En total el conjunto cubría originalmente 24.140 m2. El acto de
inauguración se realizó el 17 de octubre de 1952, Día de la Lealtad Peronista.
Bajo el lema “Evita no ha muerto” se anunciaron los actos en Villa Mercedes
presididos por el gobernador Víctor Endeiza. A lo largo de sus primeros años de
vida, el Hogar Escuela plasmó fielmente el proyecto asistencial y educativo
establecido por la Fundación Eva Perón. El nombramiento del personal, el manejo
de fondos, las funciones internas, la selección de los internos, todo está
determinado estrictamente desde la sede central de la Fundación en Buenos
Aires. La organización interna del hogar correspondió al modelo dado por la
Fundación Eva Perón, es decir se daba prioridad a la atención asistencial del
niño por sobre su educación. Los primeros
directivos, especialmente la Directora Zulema Muñoz (1953-1955), forjaron
mediante su gran capacidad de trabajo, rectitud en las indicaciones, completa
identificación partidaria y generosa entrega hacia los niños, el proyecto
original del Hogar Escuela 22 de Agosto. La comunidad de San Luis, en
general, y de Villa Mercedes, en particular, pronto identificó la institución
con la acción dignificadora y redistributiva del justicialismo y de Eva Perón.
El mandato social implícito atribuía al Hogar Escuela la misión de transformar
a los niños carenciados y con escasa posibilidades de desarrollo social en
“hombres de bien”. Con la insistencia de “ser madres” dadas a las maestras y
preceptoras, las primeras autoridades formaron el carácter de la nueva
institución dando respuesta así a los mandatos sociales imperantes en el lugar
y a las directivas dadas por la Fundación. La organización institucional
privilegiaba el aspecto asistencial sobre el educativo lo que se reflejaba en
el predominio del personal de preceptoras, mucamas y servicio sobre las
maestras. Este estilo fue el punto de partida decisivo para definir el proyecto
institucional original que duró hasta 1955, único en la provincia y que
rápidamente la comunidad de Villa Mercedes identificó con su ciudad.
7.
Conclusiones
El plan educativo peronista promovió la movilidad social de los obreros. Los hijos
de los obreros no fueron apartados de una educación regular (a la que no
accedían más allá de la escuela primaria, que no muchos terminaban), sino que
fueron incluidos en un sistema que, como lo hemos visto en este trabajo, fue
sistemáticamente ampliado; esta planificación privilegiaba la formación de
técnicos y mano de obra calificada necesaria para el crecimiento económico proyectado
por la gestión que encabezaba el presidente Juan Perón. Debemos recordar que
desde el inicio de esta gestión de gobierno, una de las preocupaciones que
manifestaron con mayor asiduidad los funcionarios de área
educativa, fueron los alarmantes niveles de
deserción escolar; para atacar ese problema, la estrategia elegida por el
peronismo fue la diversificar la oferta educativa.
El resultado de esta planificación se verifica en
la existencia de una mano de obra altamente capacitada en la Argentina en las
décadas del 60 y 70 del siglo XX. Los técnicos e ingenieros se destacaron
dentro y fuera del país. Los datos censales
de 1960 que maneja Gino Germani, manifiestan la continuidad de la movilidad social
en el país después de 1955. Este autor
manifiesta que en 1960, la mitad de los que habían nacido de padres obreros en
la ciudad, se habían convertido en miembros de la clase media, y otro 40% había
pasado de empleos no calificados a ocupaciones calificadas. Este cambio se
produjo tanto por la movilidad individual como por la sucesión generacional: un
tercio de los “jefes de familia” en 1960 habían pasado del estrato de
trabajador manual al de clase media durante el curso de su vida, por otra
parte, la tasa de ascenso social de hijos en tareas no manuales cuyos padres
eran trabajadores manuales que ingresaban al mercado de trabajo en los 30 y 40
era de más del 50%. La falta de personal técnico calificado en la industria argentina
de aquella época era una realidad nacional, por ejemplo, SIAM debía “importar” técnicos
de Italia. La enseñanza secundaria se extendió a la mayor parte de los hijos de
la clase media y a su vez incorporó significativamente a los hijos de los estratos
altos de la clase obrera, sectores estos que contaban con el capital cultural y
los recursos materiales para sacar partido de la ampliación de las oportunidades
educativas llevada a cabo por el gobierno peronista.
En las últimas décadas, hemos asistido a un
proceso de modernización del país, caracterizado por la globalización como
consecuencia directa de la acelerada revolución tecnológica que tuvo lugar a
partir de la aplicación masiva de la informática y de las nuevas tecnologías de
la información y de la comunicación, la incorporación de las tecnologías
dominantes y los desafíos de la sociedad del conocimiento. El educación técnica
del futuro no se puede pensar sin entender la necesidad de incorporar las
nuevas tecnologías a la práctica docente, sin perder de vista el carácter
social e inclusivo que caracterizaron a las dos primeras administraciones del
General Peron.
Bibliografía:
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entró al paraíso: la educación técnica estatal en el primer peronismo” en
Adriana PUIGGROS (Dirección)
Historia de la Educación Argentina; Tomo VI, Discursos
pedagógicos e imaginario social en el peronismo (1945-1955), Galerna, Buenos
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GAGGERO, Horacio y GARRO Alicia (1999) “Una evaluación de la
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GAGGERO Horacio, GARRO Alicia y María de los Ángeles ÁLVAREZ
(1998) “LaComisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional” ponencia
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PUIGGROS, Adriana, (1996) Qué pasó en la Educación Argentina.
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WEINBERG D. (1967) La enseñanza técnica industrial en la
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GERMANI, Germani “El surgimiento del peronismo: el rol de los
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LLORENTE (compiladores), El voto peronista. Ensayo de sociología electoral
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Juan Carlos TORRE y Elisa PASTORIZA, “La democratización del
bienestar” en Juan Carlos
TORRE (director) Los años peronistas (1943-1955),
Editorial Sudamericana, MINISTERIO DE EDUCACIÓN DE LA NACIÓN (1952) Labor
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GENINI,
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MINISTERIO DE JUSTICIA E INSTRUCCIÓN PÚBLICA DE LA NACIÓN
(1946) Memoria – Departamento de Instrucción Pública, 1944- Talleres Gráficos
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PERON Juan D y OTROS, (1954) Segundo Plan Quinquenal de la
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Plan Quinquenal de Gobierno del Presidente Perón 1947-1951,
Editorial Primicias, Buenos Aires, REPÚBLICA ARGENTINA (1949) Anales de Legislación
Nacional, Año 1948, Imprenta del Congreso, Buenos Aires
REPÚBLICA ARGENTINA (1952) Anales de Legislación Argentina,
Año 1951,Imprenta del Congreso, Buenos Aires
*
Max Weber
Este
sociólogo alemán fue y es uno de los tres clásicos de la Sociología.
Consignas
a responder:
1) ¿En
qué contexto histórico nace Weber?
Max
Weber nació en Erfurt (Alemania), el 21 de abril de 1864 y murió en Munich, el
14 de junio de 1920; fue un filósofo, economista, jurista,
historiador, politicólogo y sociólogo; es considerado uno de los fundadores del
estudio moderno de la Sociología y de la
Administración Pública, con un marcado sentido antipositivista. Este intelectual alemán
fue testigo de la creación del Imperio (1871), de su hundimiento (1918) y del
nacimiento de la República de Weimar (1919), a la redacción de cuya
constitución contribuyó decisivamente. A lo largo de su vida conoció dos
guerras nacionales (la de 1866 y la de 1870), una guerra mundial (1914-1918) y
tres revoluciones (las de 1905 y 1917 en Rusia y la de 1918 en Alemania).
Su
disección de la sociedad burguesa es una consecuencia de su conocimiento vivo
de la historia y de su experiencia inmediata de la transformación del mundo
cultural que había sido el de los grandes propietarios latifundistas prusianos
aburguesados y que acabará siendo el de
las tensiones obreras y el ascenso de la socialdemocracia. Weber realizó un exhaustivo análisis de la concentración
industrial y de las consecuencias ideológicas y políticas de la modernidad
económica que hereda tanto como transforma radicalmente el viejo panorama
ideológico protestante. Su análisis de la religión, de la política y de las
formas de legitimación son indisociables del cambio que experimenta Alemania, y
casi Europa occidental entera, entre mediados del Siglo XIX y principios del
Siglo XX. Como sociólogo, Max Weber ofrece un testimonio sobre
la crisis de la tradición prusiana (aristocrática, autoritaria, patriarcal) y
sobre el surgimiento de los Estados modernos (de democracia representativa,
burocráticos, legal-racionales, etc.).
2) ¿Cómo
es considerada la sociología weberiana?, ¿Por qué?
La sociología analiza el contexto de las prácticas
sociales. La sociología weberiana está atravesada por las relaciones que se
establecen entre la economía y la sociedad, en el contexto histórico –político-
que le tocó vivir y también por una
relación ética que establece entre el protestantismo y el capitalismo. Max
Weber, como pensador, asume y resume las tradiciones políticas de la
Alemania de su época: fue liberal, se implicó en el pensamiento social
cristiano y terminó en el “Deutsche Demokratische Partei” en 1919, después de
haber estado vinculado a la socialdemocracia, que le desagradaba porque la
consideraba “burocrática”.
Weber no pretende transformar el mundo, pero comparte con Marx un enfoque
metodológico básico: el de explicar las sociedades como un conjunto de
estructuras y de prácticas sociales colectivas.
Max Weber establece una
distancia, o “neutralidad axiológica” si se prefiere, en lo que se refiere a
las consideraciones morales, en esta dirección, escribió en 1892: “desde el punto de vista de la razón de
estado; éste no es para mí un problema referente a los obreros agrícolas, no
pregunto si viven bien o mal y cómo se los puede ayudar”.
Weber no acepta el
reduccionismo de la hipótesis central del marxismo, la primacía del factor
económico para explicar el capitalismo. Para la sociología weberiana el triunfo
del capitalismo no se debe a la plusvalía ni al maquinismo, sino a la
eficiencia social de unos valores encarnados por la ética –protestante-, que ha
hecho del trabajo un estilo de vida que va mucho más lejos del puro elemento
económico e impregna todas las acciones de alemanes e ingleses. Weber descubre en Nietzsche la idea fundamental de su
sociología: el lugar central que ocupan los valores, su papel fundador de la
conciencia social que es, a la vez, conciencia moral. Nietzsche le demuestra que
los valores no son eternos y que lo fundamental para un sociólogo es comprender
como determinados valores se han convertido en tópicos, hasta volverse incluso
incapaces de identificarse como tales: es la aquiescencia social, el contexto
histórico y la utilidad de los valores para fundar estilos de vida lo que nos
ofrece el criterio para comprender cómo funciona y como se articula una acción
social.
Weber realiza empíricamente el programa de
La Genealogía de la Moral. Weber considera, más bien, necesario elaborar
conceptos teóricos que permitan dar cuenta de las realidades sociales, desde un
punto de vista dinámico.
La
sociología interpretativa o comprensiva considera al individuo y su acción como
su unidad básica. Como su átomo, si puedo permitirme emplear excepcionalmente
esta discutible comparación. Desde esta perspectiva, el individuo constituye
también el límite superior y es el único depositario de una conducta
significativa. En general, en sociología, conceptos tales como “estado”,
“asociación”, “feudalismo”, entre otros términos “políticos”, designan
categorías determinadas de interacción humana. En consecuencia la teoría de la
sociología consiste en reducir estos conceptos a “acciones comprensibles”, aplicables
a las acciones de hombres individuales participantes. Los
dos conceptos que permiten comprender el desarrollo de la sociología weberiana
son los de “actor socializado” y “acción instituida”; ambos permiten superar el
tópico del “individualismo sociológico” que es más complejo de lo que su
explicación elemental sugiere. Hablar de «actor socializado», sugiere que
el individuo forma parte de una serie de redes de relaciones sociales, fuera de
las cuales no puede ser comprendido.
El punto de vista del «actor socializado»,
es decir, la comprensión que los propios actores tienen de su propia función es
sociológicamente fundamental. Esos actores, organizados, son la base de toda
acción social. Weber distingue entre “clases sociales”, “grupos de estatus” y
“partidos políticos”, estratos distintos que corresponden respectivamente a los
órdenes económico, social y político. Este autor en la famosa
primera frase de su “Economía y Sociedad” define la sociología como: «... una
ciencia que se propone comprender por interpretación la actividad social
interpretándola, y a partir de ahí explicar causalmente su desarrollo y sus
efectos».
De
aquí se derivan las tres etapas de toda sociología: “comprensión”, “interpretación”
y “explicación”, que no se pueden considerarse como peldaños de una escalera
sino como formas de análisis convergentes de la realidad social, sin considerar
a una “superior” a otra. “Interpretar” la acción social llega a ser posible
mediante la construcción de “ideales tipo” o “tipologías”. Un “ideal tipo” es
una construcción abstracta, de estatuto provisional, susceptible de ordenar el
caos, la infinita diversidad de lo real.
Las cuatro constantes de la
filosofía de Weber
a. La especificidad del
racionalismo occidental. La especificidad del mundo occidental y de la modernidad
está vinculada según Weber a la «racionalización» y al «desencantamiento del
mundo». Esos dos principios de acción social, que no se han dado en ninguna
otra parte del planeta, se expresan de una forma especialmente significativa en
la organización capitalista del trabajo y en el Estado burocrático moderno, con
su énfasis en el criterio de eficacia.
b. La ordenación de la conducta y construcción de
un “orden vital”: Un segundo gran tema weberiano es el de la forma como las
religiones construyen el “ethos” de los individuos, es decir, el orden
normativo interiorizado, que da forma a la conducta. Para WEBER es importante
destacar que ese “ethos” no constituye algo puramente limitado a las ideas,
sino que tiene consecuencias sociales y, además, no surge de individuos
aislados sino de grupos que consideran su ética como un signo distintivo
explícito en la acción social.
c. La tensión entre
racionalidad e irracionalidad. Es uno de los temas básicos del mundo moderno.
Una parte básica de los estudios históricos weberianos está orientada a mostrar
cómo lo racional emerge de lo irracional, de manera que no resulta posible
mantener una escisión entre ambos niveles; de hecho ni siquiera una pueden ser
nítidamente diferenciados. Lo “irracional” fascina a los intelectuales de su
época: Sigmund Freud, Thomas Mann y Weber lo investigan –y se sienten atraídos
por su estudio.
d. La influencia de las
disposiciones éticas. Es la otra gran constante del pensamiento social
weberiano. La burguesía, además –y por encima– de ser un sistema económico, o
una clase social con una serie de derechos jurídicos es un “ethos”, en ruptura
con los principios tradicionales, centrada en la conciencia profesional y que
sitúa el trabajo como valor central que da sentido a la vida. El “ethos”
protestante puede parecer contradictorio –acumula riqueza pero mantiene la
prohibición radical de disfrutarla– y constituye un ascetismo secular por oposición
al ascetismo religioso.
3) ¿Qué
función o qué era la religión para Weber?
A diferencia de Carlos Marx,
Max Weber no se interesa por el capitalismo en oposición a una (hipotética)
sociedad socialista, sino como expresión de la especificidad del mundo occidental
y de la racionalidad moderna. Para ambos el capitalismo es un hecho
determinante en el destino del hombre, pero Weber no ve una causalidad
económica determinante en la historia, sino una sincronía de elementos,
religiosos, económicos y éticos que al entrecruzarse en un determinado momento
dan origen a una determinada racionalidad capitalista. Weber intenta explicar
la “mentalidad económica”, capaz de elaborar el “ideal tipo” capitalista,
cuando la creación de riqueza se convierte en un imperativo moral. Hay un
momento, coincidente con la época en la que vivió Martín Lutero, en que la palabra
alemana ““vocación” pierde su sentido religioso y se convierte en “profesión”
o, mejor incluso, en una mezcla de ambas: “vocación” y “profesión”.
Sería un error -un
reduccionismo insostenible a partir de los textos de Weber, limitar el
nacimiento del capitalismo moderno a la sola extensión de la mentalidad
calvinista. Es más correcto considerar que la racionalidad del capitalismo
surge cuando la responsabilidad individual de los fieles, que originariamente
se expresaba a través del examen de conciencia, que en principio es un
mecanismo religioso, llega a convertirse en un sistema –una ascética– del
autocontrol económico. Así, la racionalización de lo que en origen era una
estructura religiosa se erige en principio unificador y organizador de la vida
social. La vocación (ética, religiosa) y el oficio (actividad económica) se
confunden como medios a través de los cuales se expresa –y se agradece– la
bendición de Dios y se realiza el destino de los humanos. Dicho de otra manera,
la vocación que antaño se expresaba en el ámbito monástico se concreta, de
ahora en adelante, en la multiplicación de los beneficios en el mercado. La
«santidad en el obrar elevada a sistema», propia del luteranismo se encontraba
“con” y “en” la economía moderna (Weber detecta que en el protestantismo “no
está mal” acumular riqueza, como sí lo está para otras religiones y
cultos).
Max Weber fue Luterano por
formación y tuvo preferencia por el rigorismo calvinista, cuya severidad e
intransigencia traspasó a su conducta vital. Tal vez no estaría de más
recordar, sin ser demasiado freudianos, que el calvinismo era también la
religión de su madre. Weber participó en diversos congresos de cristianismo
social y se interesó por la acción social de la iglesia que constituía la
expresión más pura de la fe. Pero cuando aborda el estudio de las religiones,
sea el judaísmo o el calvinismo, se impone a sí mismo una radical “neutralidad
axiológica” y da muestras de una impresionante erudición histórica. Lo que le
interesa es, básicamente, poner de relieve la relación entre religión y
modernización y lo que denominó «desencantamiento del mundo», es decir, el
proceso de racionalización en su crítica de la fe. Conviene dejar claro es que,
para Weber, la religión no puede ser rechazada como si se tratara de algo
irracional (los 10 mandamientos del judaísmo establecieron un mecanismo “legalista”
y racionalizador).
4) ¿Cuáles
son los mecanismos que pone en marcha la autoridad política?
Los tres mecanismos que pone
en marcha la autoridad política son: «dominio», «obediencia» y «legitimidad».
Que la sumisión no se consiga por una explícita violencia sino por “adhesión”
de los individuos no puede explicarse sin acudir a mecanismos de fascinación
por el poder, como los que aparecen en el concepto de “servidumbre voluntaria”
(La Boétie). La ritualización del poder, la aceptación de su legitimidad
indiscutida y la persuasión son creencias sin las cuales ningún Estado puede
subsistir y que necesita divulgar. La
dominación es una construcción social y, por esto mismo, estudiar los
mecanismos de creación de la obediencia o, por mejor decir, de la docilidad
resulta imprescindible en cualquier teoría sobre el poder. La relación de
fuerzas desiguales (recuérdese que toda acción social es una relación social)
tendría que hacer difícil el establecimiento de un “orden” social; y sin
embargo el orden social existe porque se han encontrado mecanismos para hacerlo
no sólo legítimo sino incluso deseable para los humanos.
Hay, según la clasificación
que estableció Weber -y que hoy es considerada clásica, tres “ideales tipos” de
legitimidad y dominación, cada una de las cuales engendra su propio nivel de
racionalidad:
Dominación
tradicional es la que se basa en la creencia en el
carácter sagrado de las tradiciones y de quienes dominan en su nombre. El orden
es sagrado porque proviene de “siempre” y porque “toda la vida” de ha visto y
se ha hecho igual. La técnica de gobierno consiste en emmascarar que la
tradición es una invención y que el patrimonio base del poder patriarcal se
basa en la explotación de los otros miembros de la familia (en el caso de las
familias extensas) y en no diferenciar entre patrimonio personal y patrimonio del
Estado (caso de las monarquías).
Dominación
carismática es la que se basa en la creencia según la cual
un individuo posee alguna característica o aptitud que le convierte en
“especial”; se fundamenta en líderes que se oponen a la tradición y crean un orden
nuevo. Es el tipo de los profetas. Las técnicas mediante las cuales se puede
fabricar el carisma dependen de circunstancias históricas –Weber vivió antes
que se inventara la televisión– pero es obvio que se trata de una construcción
social y que existe una correlación entre carisma y debilidad de las
estructuras sociales; “el éxito de un buen político o de un emprendedor está
vinculado a la capacidad de usar su carisma para institucionalizar un nuevo
orden legal”.
Dominación
racional (o “legal-racional”) es la que se da en los Estados
modernos, en que legitimidad y legalidad tienden a confundirse, pues, de hecho,
el orden procede de una ley –entendida como regla universal, impersonal y
abstracta. Es la expresión de la racionalización: formal, basada en procedimientos,
previsible, calculable y burocrática, en este sentido caben aquí no sólo
regímenes democráticos, sino también el “socialismo burocrático”.
5) ¿Qué
es la burocracia para Weber?
Según
Weber, la burocracia es el pilar fundamental del moderno Estado de derecho, en
la medida que permite diferenciar la esfera político-administrativa de otras
esferas o niveles de prácticas sociales y disciplinas o campos de estudio (como
la religión, la economía, la linguística o la pedagogía). En este sentido cumple
un papel racionalizador. Incluso si se defiende que la violencia del Estado es
“legítima”, es porque se diferencia claramente de la violencia feudal
indiscriminada. Si existe un estado de derecho necesariamente debe existir una
burocracia que dé sentido y estructura organizativa a la ley. Esa es la figura
del burócrata. Si la ley es abstracta, impersonal e igualitaria, el burócrata
debe ser exactamente así también. Para Weber, la burocratización no es sólo
algo inevitable en el capitalismo sino que constituye el destino común a todas
las sociedades modernas, incluso las de tipo socialista. La “dictadura del
funcionario”, y no la del proletariado, como creían los marxistas, es la que
nos acecha en el futuro.
27/10/14
Modelos Pedagógicos
1. Pedagogía
Tradicional
Comienzan a
manifestarse las primeras ideas pedagógicas con la diferenciación social entre
esclavista y esclavo (esa división plantea la necesidad de separar la formación
intelectual del entrenamiento físico). La transmisión de conocimientos es un
privilegio de clases sociales dominantes. Más adelante el pensamiento pedagógico
se desarrolla en civilizaciones esclavistas como Grecia y Roma con figuras como
Sócrates, Platón, Aristóteles, Demócrito y Quintiliano, cuyas disertaciones
contienen ideas sobre la enseñanza y la educación que tienen vigencia en la
actualidad.
La pedagogía
tradicional se convierte en un cuerpo teórico en el período renacentista,
cuando la humanidad logra un desarrollo científico en estrecha relación el
desarrollo social de la burguesía como nueva clase social y progresista. La
burguesía valora la importancia de los avances de la ciencia y la tecnología
para los objetivos de sus sistema social. Entre los primeros pedagogos que
influyeron en el desarrollo de una disciplina independiente, podemos nombrar a
Juan Amos Comenius y a Ignacio de Loyola.
Comenius estableció los
fundamentos de la enseñanza general, pensó la educación como un sistema y
fundamentó la estructuración del proceso docente en la escuela, revelando
principios del proceso de enseñanza y su periodización. Loyola es un referente
jesuítico cuyas ideas hacen explícito el uso del poder escolar como una forma
de control y dominación, que se expresa en la necesidad de implementar un
sistema disciplinario rígido inalterable.
La pedagogía
tradicional comienza a gestarse en América Latina y Europa en el siglo XVIII,
en coincidencia con el surgimiento de la escuela pública y como consecuencia
del éxito de las revoluciones republicanas de los siglos XVIII y XIX, basadas
en la doctrina política y social del liberalismo. El paradigma que sustenta
ésta tendencia pedagógica establece que la escuela es el medio de la
transformación ideológica y cultural cuyo propósito es formar a los jóvenes,
enseñarles los valores, y la ética prevalecientes, así como educarlos en las
conductas de la comunidad (la escuela prepara intelectual y moralmente a los
alumnos a asumir su posición en la sociedad y que éstos respondan a los
intereses de la misma). Esta tendencia pedagógica concibe al maestro como el
centro del proceso de enseñanza; es el agente esencial de la educación y la
enseñanza porque juega el rol de transmisor de información y sujeto del proceso
de enseñanza. La relación docente alumno está basada en el predominio de la
autoridad del docente, quien exige una actitud receptiva y pasiva al alumno (la
obediencia de los alumnos es el principal objetivo a lograr, de acuerdo a esta
tendencia).
La estudiosa cubana
Verónica Canfux considera que la pedagogía tradicional se mantiene en la
actualidad de forma bastante generalizada, aunque paralelamente con ella, se
han desarrollado otras pedagogías desde finales del siglo XIX y durante el
siglo XX, que han puesto en práctica experiencias novedosas y de alguna manera exitosas,
que establecen criterios de carácter científico en el proceso de enseñanza
aprendizaje. Esta pedagogía tradicional influye en el aprendizaje de los
alumnos desde sus presupuestos, receptivos y mecánicos; la retención del
material se garantiza por la repetición de ejercicios sistemáticos y la
recapitulación (elementos que caracterizan a la enseñanza tradicional).
2. Escuela
Nueva.
Con el término Escuela
Nueva o Activa se denomina a aquellos intentos más prácticos que teóricos, que
se inician a fines del siglo XIX y que alcanzan su desarrollo en las primeras
décadas del siglo XX, orientados a una crítica de la escuela tradicional y
autoritaria, predominante en esta época, que se caracterizaba por un tipo de
enseñanza enciclopedista. Se inicia,
casi simultáneamente, en EEUU; Inglaterra, Francia, Suiza, Italia, Bélgica y Alemania
entre otros países capitalistas occidentales. Este movimiento educativo reflejó
los profundos cambios y transformaciones socio-económicas que ocurrieron en ese
período. La experiencia de los siglos XVIII y XIX posibilitó, como un
requerimiento de la gran industria, de ampliar el nivel de calificación de un
número mayor de ciudadanos, en relación a siglos anteriores y las contradicciones del precario sistema
capitalista de los albores del siglo XX, exigían cambios en la institución
escolar.
Las corrientes positivistas, empiristas y pragmatistas, hegemónicas en
éste período, resaltaron el estudio de los hechos, el papel de la experiencia y
se asumió como criterio de verdad el concepto de utilidad; junto a una visión
más humanista, reflejo de movimientos políticos y sociales que tuvieron lugar
desde el siglo XVIII, constituyeron las bases ideológicas que sustentaron esta
tendencia pedagógica.
Para el estudioso John
Dewey la educación es un proceso social a través de la cual la sociedad
transmite sus ideales, poderes y capacidades, con el fin de asegurar su propia
existencia y desarrollo; en la escuela, como institución social, se deben
concentrar los medios que contribuyan a que el niño aproveche los recursos que
trae al nacer así como para que utilice sus capacidades con fines sociales.
Dewey acentúa el papel social de la escuela, la cual debe formar al joven para
vivir dentro de su medio social. Debe tener un sentido democrático, propiciando
la colaboración y la solidaridad, por ello, la escuela debe ser una pequeña
comunidad. La tarea del maestro debe ser proporcionar el medio “que estimule”
la respuesta necesaria y dirija el aprendizaje.
Esta tendencia es considerada
una pedagogía funcional porque se
plantea desarrollar los procesos
mentales teniendo en cuenta la significación biológica, su misión vital, su
utilidad para la acción presente y futura, porque considera los procesos
actividades y actividades psíquicas como instrumentos destinados a proveer el
mantenimiento de la vida. Los autores que referencian esta tendencia pedagógica
se destacan, además de John Dewey, M. Montesori, un médico italiano que trabajó
con niños anormales y deficientes mentales, interesándose en medios que les
permitan a los niños menos dotados intelectualmente, su recuperación e
inserción social y O. Decroly, un médico
belga que fundó un instituto de enseñanza especial y elaboró un método
educativo para niños anormales que posteriormente perfeccionó con niños sin
problemas. Esta tendencia pedagógica estructura el contenido de la enseñanza en bloques en
correspondencia con las necesidades infantiles que considera básicas.
De las propuestas de
este modelo deviene una de las formas clásicas de universalización del
curriculum, la organización de los “Centros de Interés”, donde las materias se
entrelazan alrededor de una idea central, formando un todo homogéneo,
indivisible. Se trata de ésta forma de eliminar la presentación fraccionada de
los conocimientos, típica de la enseñanza tradicional, por un enfrentamiento
con la realidad globalizada, integrada.
3. Pedagogía
Tecnicista o Instrumentalista.
Los autores que
escriben sobre esta tendencia pedagógica señalan la existencia de un tiempo
tecnológico, en el tiempo de la información; el tiempo del “ahora” del sujeto
individual y productivo. Es el tiempo de a imagen y de la debilidad de los
ideales colectivos, el tiempo del mercado y de la supuesta “libertad de expresión”.
Este modelo es el que está más generalizado en la actualidad.
El instrumentalismo se
desarrolla en un contexto marcado por el proceso de transformación del
conocimiento producto de la informatización, que afecta su naturaleza tanto de
modo cuantitativo como cualitativo. Este contexto socio-tecnológico se
caracteriza por el dominio de la tecnología como elemento diseñador de las
nuevas relaciones económicas, laborales y familiares. Se refiere a un tipo de
saber que hoy es entendido como mercancía informacional., saber de proveedores
y usuarios, de modo tal que su finalidad está ligada a la rentabilidad; se
produce para ser vendido. Los sujetos sociales desarrollan estrategias de supervivencia
en el contexto de un mercado cada vez más selectivo, y del dominio de las
formas empresariales de organización. Esta nueva “realidad” modifica el ethos
de los actores culturales que comienzan a regirse, progresivamente, por
valoraciones de eficiencia y criterios de rendimiento.
Desde la perspectiva
instrumentalista, la indagación que cobra validez es la indagación gobernada
por la regla. El sujeto competente se concibe como aquel que sigue un conjunto
de reglas para diseñar su acción. La racionalidad técnica descansa sobre una
concepción objetivista de la relación del sujeto con la realidad. Desde éste
punto de vista, los hechos son lo que son y la verdad de las creencias se
comprueban mediante la referencia a éstos. La cultura tecnológica considera un
“analfabeto” a aquel que no sepa ir a buscar información que requiera en un
momento particular para resolver una situación concreta, el que no sepa dominar
los lenguajes tecnológicos, el que no disponga de estrategias organizativas
para hacer un uso eficiente del tiempo de trabajo. Un analfabeto, será
entonces, el que no se haya apropiado de códigos de integración social que
define la época.
El modelo psicológico
del conductismo ejerce su influencia sobre esta tendencia. El conductismo, según su fundador, John
Watson , es una escuela natural que se atribuye todo el campo de las
adaptaciones humanas. Otro reconocido autor de esta corriente J. R. Kantor (activo entre 1963 y 1990) lo define como: una
renuncia a las doctrinas del alma, la mente y la consciencia, para ocuparse del estudio de los organismos
en interacción con sus ambientes.
Muchos autores cuestiona
al instrumentalismo por su desprecio por los saberes históricos y sociales,
conocimientos que pierden centralidad dado que para esta tendencia no resulta
imprescindible revisar el presente a la luz de la historia. La idea de
procesamiento de la información por encima de la construcción de los
significados se inscribe en un contexto marcado por la idealización del
presente. En la cultura del inmediatismo y el consumo, la reflexión como
proceso de articulación de presente, pasado y futuro no proporciona
beneficios.
4. Teoría
Crítica.
La teoría crítica de la
sociedad surge de la escuela de Frankfurt (1923) y es una escuela filosófica y
social de inspiración marxista que se formó a partir de la conformación del
Instituto de Investigación Social de la Universidad de Frankfurt del Main. La
filosofía con que se inició el Instituto fue eminentemente investigativa,
basada en la crítica a la sociología y a la psicología contemporánea, dominada
por Weber y Freud respectivamente.
La teoría crítica tuvo una gran influencia
sobre las ciencias sociales después que sus miembros emigraran por la guerra.
Hacia 1946, con la finalización de la guerra, el Instituto de Investigación
Social recibe invitación de la Universidad y de la ciudad de Frankfurt para que
regresara. Al aceptar la invitación, las actividades del Instituto se reinician
en 1950 bajo la administración de Max Horkheimer. Los jóvenes intelectuales que menciona el
texto de Arismendi son J. Habermas, A. Schmidt, A. Wellmer, O. Negt, H.
Schandelbach, H. Joas y A. Honnet. En 1970 Habermas plantea que la lucha por la
realización histórica de los principios de la razón mirados en el idealismo
alemán y de la ilustración y su posterior identificación con el materialismo
histórico, son los fundamentos de la teoría crítica; razón por la cual, tuvo
como tarea esencial, asumir la crítica de la sociedad, como una realidad enmarcada
en unas condiciones de complejidad, y en donde también tuvo que abstraer
fundamentos prioritarios de la objetivación de la razón.
Además hace un
reconocimiento del valor de la ciecia y la tecnología como mecanismos muy
fuertes de generar bienestar. Las directrices recibidas no son para garantizar
el proyecto de vida humana, sino por lo contrario, pues, éste está manejado y
formado para la desintegración del carácter intersubjetivo y social del hombre
y la mujer, de tal manera, la crítica a la sociedad debe estar dirigida a
orientar el desarrollo emancipatorio del hombre, que se revierta en su
formación integral.
La Teoría Crítica realiza
críticas a la sociedad, con ideales y tendencias emancipatorias:
1.Critica la manera
como las sociedades postliberales se han venido integrando. Lo que ha generado
el favorecimiento de la dominación, 2. Critica los comportamientos
absolutistas, debido a que tienen incidencias directas sobre el desarrollo
libre y globalizado de la sociedad, 3. Critica los medios masivos de
comunicación, por su obediencia a la manipulación de los intereses
particulares, 4. Critica la característica reduccionista que el positivismo le ha introducido a las
ciencias, 5. Produce y desarrolla una teoría del arte que orienta los cambios
por donde debe abordarse la ilustración.
La teoría crítica se
acerca más a los submundos de tensiones del mundo de la vida (mundo vital),
para resolver ciertos intereses que sirven como facilitadores del conocimiento
que a cazar la dicotomía histórica de la positivización de las ciencias. La
teoría crítica, en su esencia conceptual, ha tenido la posibilidad de acentuar,
criticar y someter a juicio ciertos conceptos que de una u otra forma
necesitaban el análisis desde la mirada de dicha teoría, observando la utilidad
que tales conceptos pudiesen revertir a la ciencia de la educación. Ahora bien,
la teoría crítica en su dimensión histórica y social, sostiene que la
emancipación de la razón no reposa únicamente sobre el individuo, sino que
deben tenerse en cuenta las condiciones de la sociedad, mediante la cual puede
se puede conseguir a través de la lucha política. I. Kant, de acuerdo a C. Wulf
(1985), plantea dos aspectos; uno “sistémico” y otro “histórico”. Arismendi
considera que son tres los aspectos y agrega el “social-humanístico”, aspecto
que fundamenta la emancipación del hombre y la mujer y no como lo reporta C.
Wulf (1985), cuando dice que la autonomía del hombre es producto del carácter
ilustrador de la emancipación.
De acuerdo a C Kamii
(1981), el desarrollo de la autonomía significa llegar a ser capaz de pensar
por sí mismo con sentido crítico, teniendo en cuenta muchos puntos de vista,
tanto en el ámbito moral como en el intelectual; autonomía significa gobernarse
a sí mismo; de acuerdo a la cita de Kant y
al aspecto que aporta Arismendi, la autonomía solo es posible si se mantiene
el espíritu crítico-reflexivo de la sociedad. También se refiere a la
emancipación, donde plantea Carlos Marx que
es necesario pasar por la supresión de la propiedad privada, que es la
responsable del mantenimiento de la dominación del hombre sobre el hombre,
contribuyendo a la reificación, que conduce al ser humano a hacerlo humano y
universal. En relación a lo anterior, no sólo la emancipación está en la
dinámica de la defensa del hombre contra la reificación, sino que va mas allá,
mirada como el resultado de la producción de bienes y del intercambio de
bienes, enfatizando su funcionalidad en el orden social de la sociedad
burguesa. El concepto crítica lo
introduce M. Horkheimer (1973) en la obra “Teoría crítica”, que manifiesta: “el
carácter dual de toda sociedad en su configuración actual, evoluciona, gracias
a los sujetos que se comportan, críticamente hacia una contradicción consciente”.
La esencialidad de la crítica es la crítica social.
La teoría crítica de la
educación parte del supuesto de que las teorías científicas no pueden comprenderse
por sí mismas, debido a que no pueden generar a su interior un análisis
crítico-reflexivo de que la educación pueda avanzar socialmente. En relación
con esto, los llamados a vencer este paradigma son los docentes, pero se dan
algunos obstáculos como la poca explotación que hacen de su práctica
pedagógica, debido a que no la enfrentan críticamente, sino que su quehacer docente
cotidiano se convierte en una actividad rutinaria, sin escudriñar toda la
actividad que emerge de la dinámica de las instituciones educativas, lo cual
debe funcionar en una interdependencia con la comunidad (el autor menciona la
triangulación escuela-familia-comunidad para poder educar y formar con
calidad).
Esta dinámica, que se produce en la sociedad, y que puede estar
orientada por la práctica pedagógica, está amparada por criterios funcionales y
esenciales en el seno de la teoría crítica de la educación, como son: a) La
teoría crítica evalúa con carácter crítico la condición histórica-social de la
educación, b) La teoría crítica de la educación debe influenciar positivamente
la práctica pedagógica de los docentes, c) La teoría crítica de la educación
debe utilizar la crítica pedagógica para poner en evidencia las condiciones
socio-educativas y culturales, d) La teoría crítica de la educación puede
develar verdades e ideologías falsas que desencadenen en discursos persuasivos
para distorsionar la realidad social).
La importancia de la teoría crítica de
la educación no está supeditada a la crítica ideológica de la educación, sino
que respalda diversas posibilidades de cambio y acción en el campo educativo. Para
Lempert (1971), también citado por C. Wulf (1985) n , “el interés de un
conocimiento que permita la emancipación en el armazón de la ciencia de la
educación”. Esta apreciación según J. Dewey (1977), manifiesta claramente el
poder emancipador que debe tener la educación por liberar a la sociedad del
anquilosamiento en que se halla metida. En una teoría crítica de la formación,
donde se involucre la política pedagógica como alternativa fluyente para
enfrentar la sociedad y poder entender la dinámica contextual en la relación
escuela, familia, comunidad. Desde la concepción de Arismendi, la pedagogía es
el lugar donde se hace la crítica a la educación. La práctica pedagógica es una
acción centrada en el diálogo, donde se busca participarles a las nuevas
generaciones el saber con el cual las anteriores han podido transformar el
entorno, para adecuarlo a las necesidades de su reproducción natural y social.
Cada generación tiene sus representaciones sociales y sus propios imaginarios
colectivos.
El pedagogo brasilero
Demerval Saviani identifica tres Teorías Crítico Reproductivas; a la primera la
denomina Teoría del Sistema de Enseñanza como Violencia Simbólica (Bourdieu,
Passeron), a la segunda Teoría de la escuela como Aparato Ideológico del Estado
(Althousser) y a la tercera Teoría de la Escuela dualista (Baudelot,
Establet).
Bibliografía sugerida por la Cátedra: “Fundamentos de la didáctica” (Pansza, Pérez, Moraño,
Ed. Gernika, México, 2005).
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